Los políticos en San Andrés, tanto los que ejercen la actividad de manera profesional, como aquellos que lo hacen desde las bases sociales o incluso los pulpitos de las iglesias metidas en política, aprendieron bien las premisas del “Príncipe” de don Nicolás de Maquiavelo: el fin justifica los medios y divide y reinaras.
Estas parecen unas prácticas bien aprendidas y para nada comportamientos aislados de estos, pero que lejos de mostrar su grandeza y buenos propósitos de generar bienestar colectivo, lo que desnuda son sus mezquindades e intereses particulares.
La mejor prueba de ello es la presentación del proyecto de ordenanza 041 de 2014 por medio del cual se pretende la creación de los Municipios Étnicos de San Andrés; una iniciativa que a todas luces resultaría loable para el buen suceso de asegurarle a las comunidades nativas y raizales la prevalencia de sus derechos a autogobernarse y auto determinarse.
Solo que el proyecto en aras de otorgar supuestos derechos preeminentes a una comunidad, lo que hace con la otra es cercenarle todos sus derechos políticos, dejándolos castrados, y cuya única utilidad hacía futuro es la de depositar votos por esos mismos políticos.
El proyecto firmado por los diputados Abel Archbold Joseph, Steve Jessie Martínez, Julio César Gallardo Martínez, Oscar Bowie Stephens, Bradison Fernández Bryan y Jim Reeves Pomares, crea los municipios de San Luis, Hill y North End; inclusión esta última que llama la atención porque al ser elevada a tal categoría, excluiría para siempre la posibilidad de que alguien no reconocido como raizal, pueda ser elegido en los términos que garantiza la Constitución Nacional para todos los ciudadanos colombianos con derecho a elegir y ser elegido.
La creación de los municipios étnicos de San Luis y Loma nunca han encontrado reproche alguno, e incluso siempre han tenido respaldo unánime por que allí se concentran las poblaciones raizales del Departamento, donde ejercen todas sus expresiones culturales, cotidianidades y preservación de sus legados territoriales y ancestrales. Pero no acontece lo mismo con el sector de North End, donde se concentra el grueso de la población continental, no nativa, que además alberga la mayoría de votantes no raizales, con una concentración de actividades económicas y comerciales y predominio de actividades urbanas ejercidas por los llamados residentes (nacionales y extranjeros).
La parte más polémica del proyecto es la definición de la “expresión institucional”, según la cual, la garantía de la expresión institucional en los nuevos municipios étnicos es la seguridad de que ejercerá efectivamente su derecho a autogobernarse por sus instituciones propias, sistema de valores y formas propias de administración en su territorio, lo cual comprenderá “regirse por sus propias autoridades elegidas democráticamente entre los miembros del Pueblo Raizal, de acuerdo al derecho propio y como deber fundamental, velar por los intereses de esta comunidad”.
De los diputados adherentes al proyecto, los que más han sido cuestionados son los dos que residen en el sector de North End (Abel Archbold Joseph y Julio César Gallardo Martínez) y que por ser coautores, además serían los dos principales beneficiarios con la creación de los llamados municipios étnicos, por que quedarían casi que como únicos políticos de ese sector, con posibilidad de ser elegidos inmediatamente en representación de ese municipio de North End. Hay quienes creen que se está legislando en ambos casos para beneficio propio o de sus familiares también políticos.
También llama la atención la burocracia que se pretende crear con esta iniciativa y el carácter fiscalista de la misma, que tendría que crear además nuevas estructuras administrativas e impositivas para sostener el funcionamiento de los mismos.
La utilidad y racionalidad del tema impone que como mínimo se cree un gran municipio étnico en el corredor en el que está concentrada esta población sobre los sectores de San Luis, Hill y Cove, que no solo no excluiría a zonas importantes de esa población, sino que además no sería excluyente con otras comunidad des no étnicas, como las asentadas en North End.