Infraestructura dormida ‘en los laureles’. A la secretaría de infraestructura es mejor no ir. De allí la comunidad sale con el ánimo en el piso y enorme desesperanza porque el funcionario al mando tiene gran habilidad para poner la carga de responsabilidad en la espalda de otros.
Nunca sabe a qué corresponden los problemas. Siempre desvía a los líderes o a la prensa que va a solicitarle información y resulta encaminándolos hacia otro destino.
Además parece que el funcionario nunca pasa por la Peatonal que presenta sitios entrados en estado de deterioro, rejas rotas, bolardos partidos, mal aspecto en general, en claro desconocimiento de que existe la obligación para la administración de proteger esta vía a diario porque allí confluyen residentes y visitantes convirtiéndose en la mejor sala de recibo de la isla.
Si se le pregunta por las obras que hay en diferentes partes de la isla, que ya llevan mucho tiempo y no terminan. El extraño personaje no da información y solo manda al que pregunte a otra instancia, generalmente a los contratistas.