Antonio Colmenares Martínez
Hijo, si te recomiendo que estudies no es más que para verte libre. Pero del estudio que hablo no es el de los colegios y universidades, ese se constituye solo en los grados que como peldaños van dando la oportunidad de seguir y seguir acopiando diplomas, porque la verdadera misión de la educación se consigue con la observación y el análisis. Y la libertad de la que te hablo no es esa de poder hacer cualquier cosa que se venga a la cabeza, sin análisis, sin consideración, lejos de la sindéresis. Eso es libertinaje. Te hablo del estudio y la libertad que aportan soluciones a toda la comunidad. No sería del todo bueno que midieras el éxito que ha tenido tu estudio y libertad por la calidad de tu cuenta bancaria, sería mejor que la midieras en la cantidad de obras con que beneficias a tu conglomerado. No se trata de hacer ‘votos de pobreza’, no. Se trata de vivir bien en lo personal pero proyectando beneficio en lo social.
Por eso el estudio debe ir más allá de las aulas. El estudio es la lectura de tu entorno, de las necesidades, de lo que falta en tu comunidad, ese estudio es aventurarse a caminar sobre los zapatos de los demás, meterse en la piel de los otros, para saber porque ocurren las cosas, para tener conciencia plena de los orígenes, en todo nivel, de los malestares de la gente. De esa forma el estudio te hace líder.
Estudiar es investigar, es leer los documentos, es profundizar sobre lo que ocurre en el país. Sin caer en el fanatismo de muchos, que se lanzan ciegos a defender causas que resultan ser solo disculpas para enriquecer con dineros del Estado a los corruptos. De nada nos sirve, hijo, ser los mejores de la universidad, salir graduado con honores, si como seres humanos ‘perdemos el año’. Esto se nota especialmente en las épocas de elecciones, como en la que estamos. Cuantos doctores están inmersos en el error histórico de trabajar para estas campañas viciadas, las dos, porque ninguna se salva y solo sería una prueba de dignidad democrática que la gente no votara por ninguno de los dos. Porque eso sería hacer justicia. Pero para poder hacer algo así, hay que estudiar, se debe conocer la historia, hay que ser libre y se debe tener respaldo moral en lo personal que no permita que se vote por votar, por simple ejercicio democrático. No votar sería enviar un mensaje reclamando respeto, no solo para los electores sino por el erario que es por el que van las dos campañas. Porque eso es lo que mueve la codicia por ganar el poder. Pero hijo, por eso te digo que con lo que se aprende con el estudio formal no se puede notar esta gran realidad. Solo con el estudio real, universal, completo, amplio es fácil descubrir que todas esta rapiña de los últimos días no es más que eso: apoderarse del poder para, a través de contratos y otras muchas artimañas quedarse con el erario para repartirlo entre sus más amigos porque la mayoría debe contentarse con ‘haber votado’ sin que nadie le garantice que realmente va tener beneficios en salud, vivienda, empleo y educación. Lo que se ha prometido es guerrilla de las Farc dialogando o en la continuación del conflicto y se ha manoseado tanto la palabra paz, que ya no representa lo que es en su contexto real, sino que se convirtió en ‘herramienta’ electoral. No votar es lo más decente.