Un guardián y cuatro internos heridos, registro ubica 30 armas blancas y estupefacientes. El pasado viernes 26 de septiembre a eso de las diez de la mañana el Centro Penitenciario Nueva Esperanza fue epicentro de disturbios y desorden dentro de sus instalaciones, más exactamente en el patio uno, resultando heridos con armas blancas cuatro internos y un guardián del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec.
Los heridos de consideración fueron atendidos en el hospital Departamental, después de estabilizarlos fueron llevados nuevamente al centro carcelario donde purgan su condena.
En la cárcel Nueva Esperanza hizo presencia la Policía Nacional y la Defensoría del pueblo para controlar la situación y disminuir los números de lesionados dentro del penitenciario, como también las requisas a todos los reclusos e instalaciones, incautando diferentes armas blancas que tenían camufladas en los dormitorios.
El Teniente Coronel Rafael Santos segundo al mando del Comando de la Policía Nacional en el Archipiélago dialogóo con esta redacción frente a los hechos que se presentaron en la cárcel Nueva Esperanza afirmando que se presentó una riña entre los internos del patio uno y afortunadamente la reacción oportuna de los guardias del INPEC con el apoyo de la Policía logró controlar la situación y no se presentaron incidentes mayores.
“Los lesionados fueron leves, se lograron reunir todas las autoridades pertinentes y realizaron un registro donde fueron halladas 30 armas blancas y dosis menores de estupefacientes logrando poner todo en orden dentro de la instalación.”
Es de anotar que el guardia que resultó herido fue porque este intento evitar que se presentara esta riña y resultó con una herida leve en el rostro y los que protagonizaron la disputa fueron dos internos, uno de ellos está condenado recientemente a 29 años de prisión, afirmó el teniente coronel Rafael Santos.
Como los internos obtienen estas armas blancas?
Desafortunadamente las instalaciones son bastante viejas, entonces los internes utilizan sus manos para mediante las fuerza romper algunas rejas y paredes, sacando las barrillas a las que le sacan filo, convirtiéndolas en armas, las que utilizan para agredirse dentro del penal.