Este adulto mayor que caminaba por la Circunvalar, cerca del kilómetro tres, en estado de embriaguez, cayó en la mitad del pavimento y se rompió la cabeza.
Un vehículo automotor que transitaba por el lugar debió sacarle el zigzag para evitar arrollarlo.
El conductor del taxi blanco lo vio caído en la mitad del pavimento y se bajó a recogerlo y llevarlo a un sitio seguro para recogerlo después de llevar la carrera que tenía a bordo. Antes de irse le quitó una botella de licor que llevaba en el bolsillo trasero del pantalón y la botó.
The Archipielago Press llegó al lugar a acompañar al adulto mayor y espero hasta que pasó una patrulla motorizada de la Policía y le dio aviso.
Simultaneamente llegaron familiares del hombre, que era conocido de los uniformados en similares circunstancias. Un pariente dijo que era la segunda vez que se rompía la cabeza en similares condiciones.
En San Andrés se requiere una agresiva campaña oficial contra el alcoholismo en el que las empresas que distribuyen licores también deben hacer un buen aporte de responsabilidad social empresarial.
No sólo basta con que pagan impuestos y regalía y, generan algunos empleos; en algunos casos la triangulación en el negocio del licor le roba el IVA al fisco nacional y los volúmenes de licor que ingresan a la isla le dan el deshonroso primer lugar de consumo percapita en el país.
Es como si toda la población de las islas viviera alcoholizada; algo que no está muy lejos de tener un alto porcentaje de personas afectadas por el consumo de alcohol.
Situación está que reclama una mayor responsabilidad social empresarial de quienes lo distribuyen o expenden en campañas contra el alcoholismo.