En la mañana de este viernes 19 de febrero falleció en un hospital de la ciudad de Bogotá el patrullero de la Policia Nacional que fue atacado a tiros por la espalda cuando hacia atendía una pelea en el sector de El Cocal por una fiesta de pick up.
En este sector jóvenes del Cocal se enfrentó con la autoridad, cuando se disponían a apagar un Pick Up, resultando tres uniformados y dos civiles heridos; llevando la peor parte el Patrullero Andrés Felipe Orduz Barajas quien en un principio fue recluido en la unidad de Cuidados Intensivos del hospital Amor de Patria y luego fue remitido a la ciudad de Bogotá, al complicársele su estado de salud luego de haber superado la primera cirugía y tras presentarse un cuadro de insuficiencia respiratoria.
En Bogotá el uniformado fue sometido a varias cirugías, pero en la mañana de hoy no soportó los tratamientos médicos a que fue sometido y la muerte le ganó la batalla.
Según conoció esta redacción el patrullero herido con arma de fuego se encontraba en la motocicleta cuando los jóvenes que se enfrentaban entre si decidieron unirse a pesar de ser enemigos tomar represalia contra los uniformados que llegaron al lugar a atender la situación.
Estos hechos son reiterativos los fines de semana, por lo que la autoridad recomienda que el gobierno local tome medidas radicales, para decomisar estos altoparlantes que están causando daño en la comunidad, en varias ocasiones los uniformados han resultado lesionados.
En los últimos años en San Andrés han sido asesinados tres agentes de la Policía, otro de ellos en el vecino Barrio Santana, también cuando atendía llamados de la comunidad por la presencia de pick ups alterando el orden público y generando enfrentamientos con jóvenes de otros sectores. Otro uniformado perdió la vida en el sector de Rock Hole a manos del sicariato.
Debido a esto, la Dirección General de la Policia Nacional ordenó al Comando Departamental que a partir del incidente, en todo asunto que atiendan las patrullas de la institución deberán utilizar dispositivos de seguridad como chalecos antibalas, para evitar que se repitan episodios como el que acabó la vida del uniformado.