“Los fabricantes de pruebas y máscaras de protección les han dicho a estos gobiernos que su producción, por meses, estará acaparada por Estados Unidos y Europa, una desventaja producto del poder de naciones ricas versus países en desarrollo”, dice el medio.
“La escasez de estos elementos ha hecho que a punta de pagar hasta tres veces más, las naciones más poderosas prácticamente dejen sin opción a naciones en Latinoamérica para acceder a kits de pruebas para descartar el COVID-19”, afirman.
La demanda mundial de estos elementos ha crecido a niveles impensados. Tanto que la UNICEF ha intentado comprar unas 240 millones de máscaras especiales para ayudar a 100 países en desarrollo a que accedan a estos elementos de protección, pero la cadena de suministro está completamente acaparada y no ha conseguido sino asegurar 28 millones de estos dispositivos.
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Los reactivos químicos necesarios para fabricar los kits de pruebas también escasean fuertemente. Fabricantes de estos elementos revelaron al New York Times que los han llamado personalmente los líderes de países poderosos a exigir trato preferencial y primera opción de compra, lo que se suma a la gran demanda mundial, por lo que varios países en desarrollo tendrán en meses acceso a adquirir kits de evaluación de COVID-19.