Casi podría pensarse que Gladys todavía le cambia pañales a Juan Esteban Carlier, un chico cuyos ocho años y rostro casi de bebé, no reflejan todo el potencial para el dominio de la cuerda y los esquís.
Sus cuatro o cinco meses de incursión en este deporte, ya dejan ver un futuro muy alentador para esta “mascota“ de los esquiadores que debutó en medio de aplausos, sonrisas, abrazos y aprecio por parte de toda la familia del esquí reunida en los Juegos de Mar y Playa en San Andrés.
Juanes se enfundó en su traje de neopreno, muy diminuto y acorde con sus escasos metro y 35 centímetros de estatura, saltó al agua y ayudado por Isnardo, un ingeniero de petroleros establecido en Barrancabermeja padre, consejero y amigo, preparó su esquí, tomo la cuerda y encontró una pista picada que dominó sin contratiempos pese a estar debutando en aguas con olas…
Frente a él, una atenta tribuna con la élite del esquí nacional que no le ahorró aplausos y felicitaciones después de su paso por la pista con una presentación decorosa en las figuras, sin que la cuerda haya escapado de sus manos.
“Me gusta, me atrae mucho y espero seguir aprendiendo”, dijo con voz firme y rostro serio, al estilo de los consagrados deportistas….pero de pronto soltó infantil sonrisa, mientras Gladys, su madre, le brindó tierno abrazo, complaciéndose con la actuación de su pequeño.
Es un chico con mente despierta y visión ganadora. “Tal vez gane algo grande un día” Por ahora sigue sus estudios de tercero primaria en Barrancabermeja, su tierra natal, donde está prendiendo los secretos de esta exigente y a la vez atractiva modalidad deportiva que despertó su interés una tarde en la ciénaga de San Silvestre.
Porque Juanes, el del agua, que ya hace parte del futuro en el esquí, respira deporte por todos sus poros. “A su corta edad, ya juega baloncesto, fútbol y practica la natación…” Le gusta todo el deporte. Es un muy alegre, y disciplinado a pesar de su edad.” dice su madre, quien no pudo ocultar un poco sus nervios cuando el pequeño Juanes, hace sus piruetas iniciales en el centro de la pista.
Tiene camarógrafo propio, su hermano Juan Camilo, quien no pierde detalle para dejarlo plasmado en el video; también Jefe de relaciones públicas, su padre Isnardo, revelador de los detalles en la breve pero ya exitosa carrea deportiva de su hijo, pues ganó tres pruebas este semestre y animadora ferviente, su mamá Gladys, que se aferra a las barandas del muelle, mientras Juanes cruza raudo y rompe las olas causando admiración de los consagrados.