Fue un habitante del vecindario de Jim Pond en San Luis, el que cazó a un tiburón hembra que se acercó a las playas para, al parecer dar a la luz a las crías que llevaba en su vientre pero que no alcanzaron su vida autónoma porque la despiadada mano del hombre se los impidió, mientras su madre era descuartizada por pedazos y éstos eran sacados enteros pero sin vida para convertirlos en un exótico filete o un afrodisíaco caldo para sus verdugos.
Las dantescas imágenes que circulan por redes sociales de las manos del hombre sacándole las tripas, y con ellas sus crías, luego de haber cortado las apetecidas aletas de tiburón, más que un trofeo son una vergüenza humana que contrasta con las imágenes que por estos días de confinamiento obligado por el Coronavirus, nos ha mostrado la naturaleza en diferentes regiones del planeta, de diferentes especies animales recolonizando sus hábitats invadidos por el hombre, ahora ausente por la pandemia.
Aunque las autoridades,infortunadamente no acudieron a tiempo al llamado de algunos pobladores del vecindario donde se presentó este lamentable episodio, tienen en este momento no solo el deber legal sino aún más moral, no solo de investigar y sancionar incluso con cárcel a los responsables, sino más aún proteger la vida del valiente fotógrafo ambientalista que denunció el hecho.
«Notifique para que se hicieran cargo pero nadie jamas apareció, y por mi publicación no fue que lo agarraron, ya que fue un vecino que lo agarró viviendo solo a 2 casas en el mismo lugar que yo. Se que me voy a meter en problemas por ser “sapo” pero no se puede seguir alcahueteando este tipo de comportamientos! Feliz noche a todos, se me olvidaba y lo que usan cualquier cosa para destilar veneno hacia a mi, ps que Dios les multipliquen lo que me desean! Amen
#Pabon #SanAndrésIslas».
La aplicación de la Ley obliga a que la autoridad ambiental, con las denuncias ya publicadas traslade a la Fiscalía o ésta de oficio asuma la investigación y aplique el
Artículo 328 del Código Penal sobre el Ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables. Modificado por el art. 29, Ley 1453 de 2011 que establece que el que con incumplimiento de la normatividad existente introduzca, explote, transporte, trafique, comercie, aproveche o se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos de especie amenazada o en vía de extinción o de los recursos genéticos, incurrirá en prisión de dos (2) a cinco (5) años y multa hasta de diez mil (10.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.»
La norma no puede ser solo letra muerta y que los recursos naturales sean despiadadamente destruidos sin la más mínima consideración, incluso de su reproducción genética como claramente ocurrió con este episodio en el que las crías de este ejemplar del escualo fueron sacrificadas.
Como sucede con otros animales que habitan en las profundas aguas oceánicas, se conoce poco sobre el proceso de reproducción de los tiburones en su estado natural. Las investigaciones de esta especie en cautividad no son extensas pero si han arrojado un poco de luz sobre el tema y han permitido recopilar información importante sobre la estrategia reproductiva de estos enormes depredadores.
Por ejemplo se ha observado que el tiempo de gestación de los tiburones puede oscilar entre los 9 y 22 meses, dependiendo de la especie en cuestión y su tipo de reproducción. Algunos llegan a necesitar hasta 42 meses de gestación. Capturas de imagen vídeo de Gazy Pabón.