La categórica conclusión entregada por el presidente de la Asamblea Carlos Carvajal al término del debate citado por este en la Duma Departamental en virtud de una proposición de su autoría acompañada por la totalidad de diputados, pone en contexto exacto lo ocurrido; todo fue aclarado, no hubo corrupción, no hubo trampa, no hubo abusos, pero si es necesario que los criterios de asignación de créditos condonables y becas se reformen para que los menos necesitados tengan posibilidades ciertas.
Quedó claro en la abundante explicación dada por los funcionarios de ICETEX en tres auditorios distintos en el Banco de la República, Gobernación y Asamblea, que todo el proceso de inscripción, suministro de soportes, subsanación, pre-aprobación, legalización y firma de pagarés para revisión jurídica, aprobación definitiva y desembolso se hace de manera virtual y sin intervención de ninguna persona y en el proceso no interviene para nada ni la Gobernación ni la UNGRD, ni mucho menos los políticos.
Carvajal dijo que afortunadamente los funcionarios del ICETEX desmintieron las infamias y mentiras de las redes sociales y algunos medios de comunicación que le atribuían al gobernador, sus secretarios de Planeación y Educación, al parlamentario Jorge Méndez y al presidente de la Duma y de beneficiarios amigos del gobierno y los políticos alguna ingerencia, y defendieron la transparencia del proceso hasta el punto que no habrá reversa ni revisión del mismo, pero si se revisará la situación de los que no calificaron para entregar un diagnóstico de cada uno de esos casos.
Pero más allá de la tranquilidad recuperada, lo que si es cierto que este debate que fue generado por el ciudadano Harold Bush Howard desde la comodidad de su vida en Londres, en virtud de un derecho de petición a la UNGRD con el listado de beneficiarios, escandalizado por el periódico El Extra y reproducido por Radio Caracol y los señores Guillermo Pertuz Patrón y Fernando Cañón Florez, y prejuzgando en redes por seguidores de estos, y aprovechado políticamente por el exdiputado Carlos Bryan Uribe, alcanzó un clímax que estuvo al borde de generar una alteración de orden público de personas indignadas con el Gobierno, el ICETEX y los beneficiarios, que fueron convencidas por información errónea que estos divulgaron, de que había existido trampa en desmedro de los que no habían calificado.
Esta discusión pública que persistió durante ocho días, incluido un fin de semana, y que opacó el éxito final logrado por el Departamento en la Feria de Anato donde se encontraba el gobernador cuando estalló el escándalo, abrió heridas que por el momento no se sanarán prontamente, ya que los acusadores se metieron con los hijos y familiares ajenos, a los que prejuzgaron no por cometer algún delito sino no por haber aspirado legítimamente a un crédito para continuar con su superación personal, académica y profesional.
La discusión no se centró en las habilidades y legítimas aspiraciones de los beneficiarios seleccionados en franca lid, sino en que eran hijos de «fulano», «mengano» y «perencejo», lo cual además de la subjetividad se constituye en uno de los hechos que más exacerba el comportamiento de protección de padres a hijos.
Hubo desde mala interpretación de las cosas hasta mala fe de algunos de los denunciantes.
Por ejemplo, la secretaria de Educación puso en evidencia que los documentos oficiales ampliamente leídos por los señores Fernando Cañón y Billy Pertuz que le atribuían facultades de injerencia al Gobierno Departamental en cabeza del gobernador y los secretarios de Planeación y Educación correspondían a otro fondo con ICETEX llamado Excellence make the diference San Andrés y no a Créditos Condonables Alianza San Andrés, y al llevar esa documentación previamente a un programa radial de opinión en Radio Caracol, creo en la población más confusión.
Pero no sólo fueron los beneficiarios los depositarios del manto de duda creado por los acusadores. También los funcionarios de ICETEX San Andrés fueron vilmente acusados por interés mezquino político.
«Las personas infelices en su afán de hacer mal no les importa pisotear la dignidad de los demás. YO, Sara Castiblanco Si trabajo en el Icetex hace 1 año en Atención al Cliente (No como Gerente), gano un salario mínimo y no se lo debo a ningún político, y mucho menos he participado en la selección de Beneficiaros de los préstamos. Señor Harol Bush, Carlos Bryan y quienes cobardemente se esconden detrás de un perfil falso, espero tengan las pruebas de su VIL CALUMNIA, la Fiscalía se las solicitará», escribió la funcionaria Sara Castiblanco, quien efectivamente la única información que entregaba a los usuarios que se acercaban a la oficina a preguntar por el programa, era que debían entrar a la plataforma virtual y diligenciar el formato de crédito, lo cual le consta a The Archipiélago Press.