Un elemento del que poco se ha hablado tras el cinematográfico operativo de persecusión e incautación de media tonelada de cocaína el domingo pasado, fue el hallazgo de una boya satelital.
La misma es usada para hallar la droga cuando es arrojada al mar por las organizaciones del narcotráfico, pero no es la primera vez que las autoridades que descubren un elemento tecnológico para su hallazgo.
A finales de febrero del año pasado este modus operandi quedó al descubierto cuando la Armada incautó casi una tonelada del alcaloide que estaba a la deriva en aguas del mar Pacifico y amarrado a uno de estos dispositivos. En una operación de interdicción marítima cayó otra tonelada de cocaína en las costas de Tumaco, Nariño.
La caída de un cargamento de droga por sí mismo ya no sorprende en esa región del país, pero lo novedoso de esta nueva incautación es que las propias autoridades confirmaron el uso de un sistema de tráfico, que si bien no es nuevo, al parecer se está masificando: el uso de boyas satelitales.
Según explicó el contralmirante Hernando Mattos, comandante de la Fuerza de Tarea Poseidón, “normalmente los paquetes son dejados a la deriva por algunas horas y luego otros miembros de la organización los recogen, “los ubican fácilmente porque la boya cuenta con dispositivos de ubicación satelital y como el cargamento permanece en la superficie, no es arrastrado por las corrientes marinas. En promedio se mueve a una milla por hora”, precisó.
En efecto, el uso de boyas satelitales no es un sistema nuevo para el tráfico de narcóticos; desde hace varios años las autoridades detectaron esa modalidad cuyos dispositivos son muy comunes entre los pescadores a gran escala y en altamar. Se estima que cada boya puede costar un promedio de 2000 euros.