Tanto la Alianza Atlántico Norte (OTAN) como Naciones Unidas y todas las potencias de occidente dejaron a Ucrania a merced de la voluntad que quiera hacer Vladímir Putin y su poderoso aparato de guerra.
Un total de 27 llamadas a los jefes de Estado de los países europeos y cada presidente negó la ayuda política y militar que requirió el gobierno de Ucrania para el enfrentamiento bélico. Estádos Unidos se limito solamente a crear sanciones económicas, advirtió el presidente Zelinski.
La antigua Central nuclear de Chernóbil, en suelo ucraniano fue tomada por Rusia. «Ya no hay nada que perder, me dejaron solo» dijo un decepcionado presidente ucraniano, del que han empezado a circular imágenes suyas en traje de fatiga que corresponden a una ceremonia militar de diciembre de 2021 y no al actual conflicto armado.
Putin terminó imponiendo su voluntad frente a Occidente y ahora Europa del Este tiene a un poderoso y envalentonado enemigo en sus narices dispuesto a hacer lo que quiera frente a la inacción y el miedo de Occidente.