El uso abusivo y excesivo de la Fuerza Pública. ¿Parecería que no tuvieran por madre a una mujer, y al no tenerla querían acabar con ella? ¿Se justifica tanta violencia y ultraje contra una humilde mujer adulto mayor y agredirla junto a su hijo causándole lesiones personales, y reventar todo a su paso ingresando en allanamiento ilegal de morada, amenazarlos de muerte, y hurtarles elementos? ¿Cierto que no? No solo es indignante y retrogrado sino denigrante, ¿Qué está pasando con la Fuerza Pública y los procedimientos con la ciudadanía? ¿Qué tipo de instrucción están recibiendo los uniformados para mantener el órden ciudadano? A más que la violencia de género está proscrita, la justicia debe intervenir aplicando sanciones ejemplares.
La violencia no se justifica desde ningún punto de vista y menos contra una mujer. Y, mucho menos contra un adulto mayor. Cuando ésta redacción le solicitó los nombres de los policiales de los que dijo tener sus nombres nos suministró las identidades del Patrullero Turepa Morales Forbes y la del Subteniente Sergio Luis González Cabrera, en el entendido que la Fiscalía local no solo conoció de este caso, sino que también deberá actuar en adelante para garantizar que se ejerza justicia.
Testimonio de Gloria Franco
-“El sábado hice un rondón aquí en el patio y se tomó unas cervecitas porque estaba celebrando el nacimiento de su primera hija, fui a ver a la muchacha y cuando regresé le dije que fuera a donde su mujer debido a que le habían dado de alta y para que le pusiera el toldillo a la recién nacida. Cuando él, acudió a donde su mujer se fue en la moto y allá se demoró. De regreso aquí, a su casa, observa a la distancia un retén de la Policía Nacional, como él había tomado, él se devolvió porque dos meses atrás le habían quitado la moto de la mujer por alcoholemia, razón por la cual se devolvió, pero lo siguieron, cuando el entró aquí a la casa por el callejón.
Él me dice -Mami ya vine-
Y, a esa hora entre 12: 30 de la noche a una de la madrugada para ir adelantando mi labor él me encontró cocinando el caracol porque yo estaba preparando una comida para cincuenta personas de un evento que se realizaría al día siguiente domingo.
Cuando veo por la ventanita que levanta la mano y dice –Requíseme-
Entonces vengo al patio y salgo, cuando los policías le dicen –No te vamos a requisar te vamos es a quitar la moto-
Entonces mi hijo abraza la moto y les dice que –La moto de mí patio no me la sacan.
Fue entonces cuando se quitaron los cascos, y le pegaron con los cascos porque se querían llevar la moto, le metieron un cachazo y le partieron la cabeza con una herida abierta.
Fue entonces cuando lo abracé y les dije –No se lo van a llevar-
La respuesta fue que me pegaron un bolillazo en el brazo y me lo partieron, me tiraron al piso y fue entonces cuando me levantaron patadas. Cuando mi hijo vió como me ultrajaban él se levantó y empujó al policía, los policías estaban fuera de control, mi hijo estaba totalmente ensangrentado, en ese momento llegaron como 80 policías.
Y gritaban -¡Vámonos, vámonos!-
Al instante apareció el teniente en una actitud amable y correcta; me habló para llevarnos a mí y a mí hijo al hospital, y allá nos atendieron. Debo aclarar que los del todo fueron los motorizados quienes partieron la puerta del patio de la casa se metieron dentro de nuestra morada, me botaron la comida del evento que me encontraba preparando para el día siguiente, se metieron a la habitación, creo que se dieron cuenta de sus abusos y seguramente buscaban acusarlo de algo y no encontraron nada. Ellos, los policías no tenían prueba de la barbarie que estaban cometiendo y para que nos pegaran, y entonces ellos como que querían buscar algo, pero soy una señora que todo el mundo me conoce y sabe de mi trabajo y dedicación, pero es que los policías llegaron a la mala, porque si me dicen doña queremos entrar a su casa a registrarla es posible que yo le diera permiso porque yo no tengo nada. Pero, entraron partiendo, botando, golpeando, cuando entre a la habitación toda mi ropa la encontré tirada en el piso fuera del closet.
Mi celular lo tenía en la mesa del comedor, porque yo tengo una hija en los Estados Unidos y me encontraba chateando con ella y me decía mami acuéstate y mañana continuas cocinando la comida que tienes pendiente para vender, pues bien, yo del susto lo deje en la mesa del comedor, los policías se metieron lo cogieron y se lo llevaron, también se llevaron el celular de mi hijo. El celular lo recuperé porque al día siguiente en el hospital el hijo mío mayor me fue a visitar y yo le comenté todo.
Entonces el dijo –Espérate y le marco al mismo número a ver quien contesta-
Marcó tres veces y no contestaron. A la cuarta llamada le dijeron a mí hijo mayor en el celular –El número al que está llamando está disponible-
Entonces le dije a mí hijo –Pásamelo-
Y me dicen –Aló, ¿Con quién hablo?-
Y, yo le contesto –Con la dueña del teléfono, la dueña del celular que tienes, con el que estás hablando-
Y, me responden –Ay doña mire, este celular lo trajeron al Comando porque lo encontraron no sé porque lado-
Y, le dije – Mira mi amor, ese celular no lo encontraron en ninguna parte. Ese celular estaba en la mesa de mi casa en la mesa del comedor que está en la cocina, y los policías que llegaron a agredirme físicamente, y partirme mi casa y todo, fueron los que se lo llevaron-
Entonces me contestaron –Vengan a buscarlos, pues-
Y, una hija mía y mi hijo mayor fueron a buscarlo y se lo entregaron. El celular se lo pusieron a otro policía en su escritorio donde el guarda sus cosas. El policía que lo entregó dijo que lo halló en su escritorio y que no sabía de quien era. El del hijo mío lo tienen en la Fiscalía que en la tarde me lo van a entregar. Nosotros pusimos la denuncia en la Fiscalía, pero allá me dicen que vaya a la Procuraduría para la parte disciplinaria, y al CTI. Las autoridades me facilitaron los nombres de los policías que nos lesionaron. Mire yo no tengo rabia, estoy adolorida, tengo la moral por el piso, tengo 68 años de edad, ¿Cómo es posible que me van a ultrajar en mi propio patio y al interior de mi casa, a partirme la casa, a botarme la comida que yo preparo para ganarme la vida, a registrarme mi closet, a pegarme, a partirme el brazo que ahora me tienen que operar? Los policías decían que mi hijo no vivía aquí.
Y, yo les decía -Él vive aquí, él es mi hijo, yo tengo muchísimos años de estar viviendo aquí, todos los vecinos lo saben-
Entonces me ultrajaban y me golpeaban y me sacudían diciéndome –Eso es mentira, él no vive aquí-
Y,
los vecinos prendieron las luces y salieron todos y les dijeron –Él vive aquí-
Vuelvo y le digo, yo me encontraba despierta porque estaba adelantando la comida para que no me cogiera el día, porque quería que a las doce del día siguiente cuando la gente viniera a buscarla la encontrar listesita. Yo quiero justicia, justicia, porque de pronto no todos los policías, pero si hay muchos policías atrevidos que agreden a la gente y ellos no deben agredir y maltratar a la gente así y de ninguna otra manera, ¿Entonces para que está la justicia? Estoy muy dolida, dolida, yo soy una mujer trabajadora y honesta con cierta edad a cuesta y no merecía ser tratada así, y de semejante manera”, concluyó su testimonio Gloria Franco, la dama agredida por dos motorizados de la Policía Nacional. Testimonio similar declaró su hijo Jesús David Barrios.