Barranquilla es una de esas ciudades del país cuyo buen desempeño es producto de decisiones responsables que han tomado sus mandatarios en los últimos cuatro periodos administrativos y que les ha permitido disponer de presupuestos para inversión social que hoy se ven en buena parte de la moderna infraestructura de la capital del Atlántico.
Barranquilla estuvo sumida en una profunda crisis fiscal, nadie sabía ni el monto de las acreencias ni el número y la identidad de los acreedores. En 2002 la ciudad había entrado a la Ley 550 o Ley de Quiebras por malos manejos financieros.
Barranquilla debía $500.000 millones de pesos a sus acreedores y muchas demandas que obligaban a pagar deudas absurdas. Tenía que pagar 80 de cada 100 pesos que le ingresaban. Sin posibilidad alguna de acceder a créditos de la banca.
Lo primero fue poner la casa en orden. Se liquidaron diversas entidades descentralizadas y concesiones. Entre las más polémicas: Métodos y Sistemas, Redehospitales, Triple A; etc. ¡Todo estaba concesionado! Desde los impuestos, los parques, hasta el parqueadero del Metropolitano.
Un paso importante fue el fortalecimiento de la Secretaría de Hacienda con la profesionalización de los funcionarios públicos (muchos no tenían la educación necesaria), la reestructuración de la Oficina Jurídica y la creación de la Gerencia de Gestión de Ingresos.
Según el ingeniero industrial y analista Deimer Espinosa, «las finanzas han mostrado una clara recuperación, la inversión aumentó y la banca internacional tiene confianza. Actualmente, el DNP y calificadoras internacionales como Fitch Ratings y Moody’s se alinean en decir que Barranquilla tiene un Desempeño Fiscal solvente y estable.»
En 2003, la ciudad estaba en el puesto 957, entre los 1101 municipios del país incluidos en el ranking de Desempeño Fiscal del DNP.
En 2016, se pidió la autonomía catastral al Instituto Agustín Codazzi. La actualización del impuesto no se había realizado en mucho tiempo. Por ejemplo, había propietarios con viviendas que costaban $400 millones de pesos y las tenían avaluadas en $100 millones de pesos.
A raíz de esto, en 2018 luego de cancelar todas las acreencias y contingencias por un valor de $1,5 billones de pesos, Barranquilla terminó el pago de pasivos de la Ley 550, saneando las finanzas.
Así, Barranquilla pasó de tener 298.381 predios registrados en 2018, a 406.000 en 2022. Eso aumentó los ingresos de la ciudad que se destinan al pago de la deuda, la infraestructura y la inversión social.
A raíz de esto, en 2018 luego de cancelar todas las acreencias y contingencias por un valor de $1,5 billones de pesos, Barranquilla terminó el pago de pasivos de la Ley 550, saneando las finanzas.
En 2020, Barranquilla ingresó a la BVC con la emisión de bonos. El monto fue de $394.365 millones de pesos mediante el Grupo Itaú Colombia. No es la primera vez, desde 1939 no se realizaba una operación igual. Es la 3 ciudad del país en hacerlo después de Bogotá y Medellín.
Las finanzas han mostrado una clara recuperación, la inversión aumentó y la banca internacional tiene confianza. Actualmente, el DNP y calificadoras internacionales como Fitch Ratings y Moody’s se alinean en decir que Barranquilla tiene un Desempeño Fiscal solvente y estable
Actualmente, en la vigencia fiscal de 2021 está de 3 con un puntaje de 72,23 (rango solvente).
Ingresos Totales:
La ciudad ha multiplicado sus ingresos totales por 6X en los últimos 15 años debido a un mayor recaudo en términos de Predial Unificado e Industria y Comercio.
Año 2007: $660.503 millones de pesos
Año 2021: $4.439.855 millones de pesos.
Con respecto a los gastos, durante la vigencia fiscal de 2021 la inversión representó el 84%, los gastos de funcionamiento el 10% y el servicio a la deuda el 6%.
Entrando en materia, el saldo de la deuda pública a diciembre de 2021 registró el montó de $2.665.376 millones de pesos.
¿Sostenibilidad de la deuda?
Barranquilla cuenta con capacidad de pago. En cumplimiento con la Ley 819 de 2003 y la Ley 358 de 1997, en el 2021 se obtuvo un Superávit Primario de $249.341 millones de pesos, con una cobertura de 3,1 x vez del gasto de intereses de deuda.
Con respecto a las vigencias futuras, se espera que el comportamiento positivo mantenga la senda durante los próximos 10 años.
¿Las obras se ven?
Barranquilla tiene la mayor inversión pública por habitante (per capita) entre las principales ciudades del país.
Esto enseña a aprender a diferenciar. La mayoría de las veces las deudas tienen una connotación negativa en el imaginario de la gente, lo cierto es que estas no siempre son malas. Si se les da un buen uso ayudan a generar más ingresos y hacer crecer el patrimonio.