Luis Salamanca trabaja diariamente de sol a sol como mototaxista en busca del sustento familiar. En materia de salud está afiliado al Sistema de beneficiarios del ‘Sisben’ como la mayoría de los pobladores de esta isla, y cree que tal afiliación no le reporta ningún beneficio a la hora de una emergencia. Y, sustenta tal afirmación con su propia experiencia. Los tiempos en que en el hospital se conseguía una pastilla o una jeringa gratis ya se acabaron. El usuario del ‘Sisben de la presente historia así lo considera tras vivir una verdadera odisea con su hija el día que requirió de los servicios asistenciales. A decir por el propio afectado, todo parece indicar que el carnet del Sistema de Beneficiarios no es tan poderoso como algunos piensan, ya que ni siquiera una pastilla pudo adquirir con este.
Redacción urbana
Luis Salamanca, un hombre sencillo, común y corriente como cualquier otro ciudadano nos relato su insatisfacción con los servicios obtenidos en materia de salud al ser beneficiario del Sistema de beneficiarios del ‘Sisben’. Este es su relato: -“El día viernes, a las once de la noche lleve a mí hija al hospital con una fuerte amigdalitis y gran dolor en la garganta por dicha afección. Allí, demoraron aproximadamente 45 minutos en atenderla, la primera en asistirla fue una enfermera que se encargo de revisarle la presión y tomarle el pulso, y luego nos tocó esperar otra hora más para que el médico la atendiera le recetó una medicina que no la había, fui a la droguería a comprarla y tampoco la había, hasta que me desplacé a la ‘Zona Rosa’ único lugar donde pude encontrar el medicamento y éste costaba apenas 2 mil 500 pesos. Me pregunto ¿Cómo es posible que el hospital no tenga una simple prueba de penicilina para un paciente que se encuentra con un problema de salud? Pero, a diferencia de esta situación especial, observo que cuando llega un maleante, un ladrón, un accidentado borracho, o un asesino, como ya es común, hacen el deber de buscar la medicina para salvarles la vida. El carnet del Sisben no sirve para nada. Hasta para comprar la jeringa me tocó a las dos de la mañana para poder adquirir este elemento que me parece debe ser indispensable en la dotación del hospital. ¿De que sirve la afiliación al Sisben? Pero, lo que más me produce inconformismo es ver como el hospital si funciona para el delincuente, eso me tiene ofendido. El delincuente o el malandro si tienen todos los servicios completos. Mientras que el ciudadano de a pié común y corriente debe sufrir un verdadero viacrucis para mendigar un poco de atención”, reiteró indignado.