Se equivoca de cabo a rabo el órgano de auto propaganda y auto publicidad del congresista Julio Eugenio Gallardo Archbold cuando asegura que la sociedad debe censurar a la prensa que se atreve a denunciar las prácticas venales y manzanillas de politiqueros corruptos de cuello blanco perfumado que han saqueado por décadas el erario del archipiélago, se han enriquecido y han contribuido al atraso social de nuestra región.
A quienes tiene que censurar la sociedad –no volviendo a elegirlos- es a esa estirpe mafiosa, corrupta y politiquera que por décadas se ha dedicado a correr linderos, aliarse con criminales, saquear las entidades públicas y engordar su patrimonio para asegurar solo el futuro de los suyos y elegirse y reelegirse a través de sus descendientes para seguir expoliando eternamente el Departamento.
Nada de lo que hace la gente como sociedad nos es ajena, porque somos parte de un tejido en el cual cada uno de sus hilos presta fortaleza o debilidad al conjunto. Interesarse por el entorno no significa desinteresarse del árbol, por el contrario. Otro punto es que dado el estado avanzado de la globalización, lo nuestro y lo de ellos, dejó de existir hace mucho tiempo.