Carros tipo van (o SUV como se conocen en los Estados Unidos) cumplen su vida útil y terminan apostados en los predios de los propietarios deteriorándose sin que nadie lo recoja. Vehículos que habrían servido hace 15 o 20 años como transporte público, ahora están en el patio, se presume de su propietario a la espera de que sea recogido y llevado como chatarra. Carros Chevrolet Caprice Classic que sirvieron hace 30 o 40 años como un glorioso taxi, ahora está en el olvido sin que nadie lo aproveche como chatarra en el patio de una casa abandonada. Buses y vehículos están en los patios de las residencias donde incluso hay niños que están expuestos a ser agredidos por un insecto venenoso o un roedor infeccioso que se aloja en su interior. El interior de estos vehículos tiene espacio para alojar desde animales hasta personas en condición de drogadicción, vehículos que son necesarios recogerlos y llevarlos como chatarra lo más pronto posible. Desde la carretera se presencian muchos vehículos. Falta aún por saber si existen carros en la parte posterior o monte adentro que no se han detectado y que deberían sacarse de la isla. Más de 70 vehículos se encuentran deteriorándose en este sector de la isla.
Por: Daniel Newball H.
Un recorrido desde el sector del Cove en línea directa hasta North End sirvió para revelar la existencia de más de 70 vehículos viejos deteriorados y en mal estado en los patios de las residencias del sector de la Loma, sin contar los que podrían existir en la parte posterior de las mismas.
Son casi una centena de vehículos viejos detectados que quedan como vestigio de la otrora bonanza registrada durante los años 70 y 80 del Puerto Libre, cuando se importaron muchos vehículos de alto cilindraje para transporte público pero que por la falta de repuestos o la simple reposición por otros vehículos simplemente fueron dejados a la intemperie.
Estos vehículos en condición de chatarra representan un foco de infección, enfermedades y deterioro ambiental incalculable, siendo un nido de bacterias, insectos infectocontagiosos, roedores y reptiles que se anidan para dejar una estela de contaminación e infecciones para la comunidad.
Y qué decir de su uso como madriguera para los delincuentes y drogadictos quienes aprovechan sus espacios interiores como refugio de las autoridades y escondite para poder consumir a sus anchas grandes cantidades de estupefacientes.
Además de representar una semilla para la contaminación ambiental, estos carros viejos en condición de chatarra se constituyen en una suma de dinero considerable, teniendo en cuenta que este tipo de chatarra puede ser comprada por sumas aproximadas a los 200 y 300 millones de pesos.
Por ahora, queda la revelación de que es necesario desde ya empezar a trabajar de manera intensa por retirar esta chatarra que, pese a las campañas emprendidas por el sector privado como del mismo Gobierno Departamental, aún es mucho lo que falta por hacer para retirar y convertir a la isla en una tierra libre de vehículos y material ferroso en los patios del territorio insular.