Las piedras arrojadas a la vía y que hacían parte del relleno llevado por la gobernación son tan grandes que son una grosería para los transportadores de vehículos de gran tamaño, medianos, pequeños y motocicletas. A esto se suman los obstáculos que agregaron los habitantes circunvecinos. Así se observa la panorámica de la carrera 13, luego de un relleno de piedras gigantescas, el agua lluvia, el barrial, y la misma historia de siempre que se repite cada vez que llueve y llega la temporada invernal, y ante la carencia de una vía pavimentada.
AGG/Redacción judicial
El cielo está cansado de ver la lluvia caer, y cada día que pasa es igual para los habitantes del barrio ‘La Libertad’, ubicado en la margen noroccidental de la isla de San Andrés a un costado de la Pista del aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla o carrera 13. Y, lo más grave después de quince meses de sequía y un largo verano ¿Quién entiende a la humanidad? Lo peor de todo fue el relleno que les regaló y regó la gobernación; relleno compuesto de piedras gigantescas que se han constituido en un obstáculo para el transitar vehicular. A esto se suma las intensas lluvias de los últimos días. De hecho, y con tanta agua, la gente se cansó de no poder caminar entre el barro en el que se hunden con sus piés hasta el tobillo, perdiendo todo tipo de calzado, se cansaron de estar utilizando bolsas para poder cubrirse las piernas y caminar un largo trecho hasta poder lavárselos para poder ponerse los zapatos. Se cansaron de no poder transitar con sus motos por el peligro que corren las personas en semejante mazamorra de barro en la que caen inevitablemente y se revuelcan todos. Con pesar, más de un accidente de esta naturaleza han tenido que apreciar otros residentes, y en algunas ocasiones hasta con risa burlona han festejado la desgracia ajena sin dejarse ver por los afectados que expresan todo tipo de improperios con la fuerza y la ira que provoca una caída semejante. Se cansaron que el gigantesco carro tanque de la empresa de ‘Acueducto’ Proactiva dañe la trocha al pasar por allí, y lo destruya todo a su paso y con su peso. Por eso, bloquearon la carrera 13, con viejos electrodomésticos, con piedras y cuanto elemento pudieron recolectar para evitar que esa vía de acceso con las lluvias del invierno se convierta en ‘Intransitable’ y los aísle del resto del territorio. Entre tanto, todo transcurre como de costumbre, y el conformismo y la resignación llegan como por ley de gravedad. Y, ahora ¿Quién podrá defendernos? Dijo uno de los niños mientras se tomaban las fotos del lugar.