La sazón con la cual cocinan estas mujeres del Caribe Occidental colombiano es única, nadie la iguala. Todo lo que hacen se vende, y la clientela crece como espuma. Son las manos de nuestras mujeres entregadas al sagrado arte culinario.
Es el Restaurante de Maris Place. Son las horas del mediodía y el local en Hansa hierve de comensales que van en busca de los manjares de una carta que tiene más de veinte clases de platos de la gastronomía del Caribe para todos los gustos y paladares obviamente para ofrecer a sus ansiosos clientes. Las mujeres trabajadoras de la cocina, ganan el pan de cada día para sus familias que dependen enteramente del esfuerzo permanente que ellas realizan.
El Restaurante Maris Place espera igualmente lo mejor de ellas, unas artistas en el arte culinario, no solo por las deliciosas preparaciones, sino por la presentación de las viandas. Keyton, es el diligente mesero que se encarga de servir los manjares y se caracteriza siempre por una sonrisa de amabilidad y servicio dispuesto a todo momento, se le suele ver siempre con un guante de asepsia, indicador del aseo y pulcritud para el manejo de alimentos y bebidas, eso está bien.
Todo marcha correctamente hasta el final de la jornada cuando a las tres de la tarde ya no queda ni el cucayo en los calderos de Maris Place. La comida ha sido un éxito y la clientela se ha ido satisfecha a hacer la siesta, mientras otros nos dedicamos a seguir trabajando y agradeciendo a esas manos trabajadoras haber preparado nuestro plato predilecto.