Lo que pretendía ser un miércoles festivo en paz y en armonía para Liliana de la Rosa se convirtió en un momento fatal y para el olvido al enterarse que su hija de once años de edad sufrío una descarga eléctrica en momentos cuando se sentaba en la silla del paradero de buses ubicado sobre la Avenida Colon, junto al frente del semáforo donde actualmente se construye el Hotel Royal Decamerón y Centro de Convenciones.
Todo inició en el momento que la menor iba con una tía a un evento religioso de su congregación en las playas de Sprat Bight, justo al frente del antiguo Hotel El Isleño y luego de compartir por varias horas con amigos de la iglesia se disponían a partir hacia su residencia.
Al parecer, un corto circuito y la humedad en la que permanecía la menor fueron el detonante y sirvieron de medio conductor para que la descarga de varios voltios invadiera su humanidad, situación que causó cierto estupor en su tía que al verla temblando se animó a tomarla del brazo para ver que le ocurría, logrando igualmente sentir la descarga.
“Mi hija estaba mojada porque salía de la playa y al sentarse en la silla metálica del paradero de buses una descarga eléctrica la tomo de manera intempestiva.
“Gracias a Dios, primeramente, que metió su mano poderosa y guardo la vida de mi hija, quien aún se encuentra hospitalizada en la Clínica Villareal bajo observación médica. Mi hermana, que de manera inmediata la levanto de la silla cuando se percató de lo sucedido, dice que cuando la levanto sintió la corriente en sus manos”, relata De La Rosa sobre lo sucedido.
Como evidencia de lo sucedido, la madre de la menor presentó fotografías donde se muestran quemaduras en los pies de la niña así como el estado de postración en el que se encuentra en la clínica mientras se recupera del accidente.
“Como pueden observar, en las fotos en la parte de abajo de la silla hay unos cables sueltos. Que inseguridad la que tenemos en San Andrés, que tristeza que estas cosas tengan que suceder.
“Y lo que es peor con nuestros niños que están expuestos a estos peligros. Doy gracias a Dios porque en su infinita misericordia no fueron peores las cosas, estamos tomando medidas legales para que los responsables de estos hechos asuman su responsabilidad”, afirmó la madre de la menor.
De hecho, al cierre de esta edición, De la Rosa presentó una denuncia penal en contra de los responsables tanto del mantenimiento de las sillas como de las obras del establecimiento hotelero en construcción ya que se evidencia que por la ejecución de los trabajos se dejaron algunos detalles sueltos en las conexiones eléctricas del paradero que pudieron causar la descarga.
Según se pudo percatar este semanario, las evidencias fueron inmediatamente corregidas por los responsables de las obras ya que, una vez fueron notificados los hechos a la Policía de Infancia y Adolescencia, los cables expuestos fueron removidos para evitar desgracias futuras tanto para niños como transeúntes del lugar.