Cuando se implementan políticas dirigidos hacia la niñez. Muchos son los esfuerzos que se emprenden por lograr una niñez sana y preparada para afrontar los grandes retos y cambios que el mundo les viene planteando, cambios que afectan cada vez más sus procesos de formación y crecimiento con miras a tomar las riendas de una sociedad que, al mismo tiempo, requieren de líderes más responsables.
Pese a que muchos se aferran a algunos mitos existentes sobre el tratamiento que a los niños se les debe dar en su etapa de crecimiento, nada más oportuno que una mirada profunda desde el punto de vista cristiano sobre la necesidad de romper con estos mitos.
La más reciente visita de la pastora Carmen Dilia Jaimes Mendez de Oca, quien estuvo presente en varias iglesias con sendas conferencias y prédicas sobre el tema de la formación de los niños, afirma que los niños, desde muy temprana edad, son más conscientes y deben asumir responsabilidades que, a diferencia de lo que muchos creen, los hacen tan sensibles y preocupados de los problemas que deben encarar como si se trataran de un adulto.
“La única forma para que los niños se reorienten radica en sus padres, cuando un padre no tiene la noción real del niño que tiene al frente es muy difícil redireccionarlo hacia un destino que no sabe cuál es.
“Nadie llega a una meta que no se traza. La meta de los niños la trazó Dios, Dios tiene un destino para cada niño. En la Biblia Dios le dice a Manoa, ‘vas a tener un hijo, se llamará Sansón (nombre), será guerrero (profesión) y empezará a salvar a Israel de mano de los filisteos (destino)’.
“Lo mismo hizo con María. Dios le dijo ‘bendito el fruto de tu vientre, darás a luz un hombre, se llamará Emanuel (nombre)’. Le dijo todo y te sigo nombrando ejemplos no terminaríamos hoy.
“Dios siempre nos habla sobre que son los hijos que nos dan y somos nosotros los que no estamos en esa línea de comunicación continua con Dios de tal manera que podamos recibir esa información que es tan útil para ser padres de propósito, no podemos redireccionar a un niño si nosotros mismos no estamos direccionados”, manifiesta la líder religiosa procedente de Bogotá y que también se desempeña como psicóloga infantil, labor en la que le recuerda a los padres que no deben condenar a sus hijos rechazándolos de forma tajante humillando a sus hijos por los errores que cometen.
“Yo le he dicho a muchos padres que no me presenten a sus hijos de esa manera. Que no los miren bajo el filtro de sus debilidades porque ellos tienen muchas cosas lindas y muchas fortalezas.
“Para redireccionar el proceso, yo les pregunto a los padres que me cuenten las cosas buenas que tiene el niño. Me dicen que el niño canta, escribe bonito y empiezo a redireccionar esta óptica porque todo ser humano tiene más cosas buenas que malas. Uno no debe presentar a un ser humano en una carta de presentación con todos los defectos”, agrega la pastora.
Ante el escenario de una multiplicidad de leyes de protección a los menores, podría resultar positivo pero también contraproducente por lo que se destacan los derechos pero se le presta menos atención a los deberes.
“Hay un grado de relatividad desde el punto de vista de la disciplina, la Biblia habla todo el tiempo de ello. Lo que normalmente estamos tratando de hacer es disciplinando a nuestros hijos. Yo una sola vez tuve que disciplinar a mis hijos físicamente.
“Es necesario tener relaciones significativas con sus hijos. Cuando los padres tienen relaciones significativas con sus hijos nunca tendrá que corregirlos. Las normas que implementan los países para castigar a los padres que maltratan a sus hijos son respetables pero lo que está en la Biblia tiene mayor grado de respetabilidad.
“El cristiano debe dejar de ser religioso para ser más pragmático. Muchas veces los padres están en la iglesia y están adorando para luego salir y ponerse a gritar como si hubieran salido de una pelea. No debe ser así y por eso debemos redireccionarlos”, concluye.
Mensajes convenientes y adecuados en tiempos donde se implementan políticas públicas dirigidas a los niños, a los cuales siempre se les ha considerado entes sin problemas ni complejos cuando en realidad los tienen.
Mensajes oportunos cuyo único objetivo es lograr que aporten a una sociedad más justa y con un futuro para los niños que en estos tiempos se han olvidado de soñar y están más concentrados en las trivialidades del mundo moderno.