Antonio Colmenares Martínez
La credencial de un periodista para su ingreso al cubrimiento de cualquier actividad mundana, como un partido de fútbol, una misa, un desfile, un baile, un concierto, una reunión política, las inauguraciones de puentes donde no hay ríos, como hacen algunos políticos, debe decir simplemente: Prensa.
Es contaminante contra el oficio del periodista cualquier aditamento como colores que ‘semaforizan’ la importancia del invitado: Los de azul son los de estrato seis, con acomodación especial, mesas, asientos suaves y muy cerca del escenario. Rojo, estrato medio, sillas Rimax, sin mesa, unos detrás de otros y debe tener cuello con capacidad de estirarse para poder ver por encima de los invitados de la fila de adelante. Negro, van por ahí, en ‘se sientan por ahí paraditos’ en cualquier parte.
Y es discriminatorio entregar credenciales VIP a unos periodistas y a otros no. Porque con esa decisión se pone de manifiesto que hay unos comunicadores beneficiados por sus presuntas excelentes calidades, o la importancia de los medios que representan, o simplemente que hay ‘rosca’, que significa que si los organizadores lo consideran de un imaginario ‘bando contrario’, no le permiten el libre acceso a las fuentes, mientras sus ‘amigos’ desarrollan a sus anchas toda su labor, como debe ser para todos, no para los beneficiarios de las micro maquinarias politiqueras.
Los periodistas para ejercer su labor no tienen por qué tener credenciales de zona VIP, eso es un exabrupto, es una afrenta al ejercicio, es una mediocridad humana de los organizadores de cualquier evento restringir de esa forma el libre tránsito interno del periodista, porque lo limitan a no salir del sector de personalidades y le cercenan la posibilidad de hacer entrevistas a los protagonistas, a las autoridades presentes, a los organizadores y a quien se deje entrevistar, siempre y cuando sus historias nutran el contenido en el cumplimiento de la tarea. La responsabilidad del periodista va más allá de quedarse hablando en la zona VIP, la responsabilidad es cumplirle a la gente con la información que se genere en ese lugar y debe tener muchos ingredientes que se consiguen solo en la medida en que el periodista pueda desplazarse libremente por cualquier sector del lugar en el que se lleva a cabo la actividad. Dar credencial de zona VIP a un periodista es irrespetuoso para con todo el gremio y es un acto de desconocimiento de los deberes que deben cumplir los periodistas en cualquier evento.