La isla de San Andrés vive por estos días un inusitado boom en el sector de la construcción, únicamente comparable con la década de los noventa, cuando algunas organizaciones de Cali y Medellín empezaron a construir edificios de apartamentos lujosos en esta ciudad.
Esto por cuenta de una numerosa cantidad de proyectos tanto turísticos, empresariales, comerciales y del sector público que se vienen realizando simultáneamente y que tienen viviendo su mejor momento al sector ferretero; un renglón de la economía insular de constante dinámica y crecimiento y que en muchas ocasiones ejerce monopolio, eleva los costos y provoca carestía de los materiales para presionar los precios, y que en su gran mayoría está asociado a la clase política insular de donde provienen algunos de estos negocios o con los que se alían en procura de esta dinámica.
Y debido a la simultaneidad de todas estas obras y proyectos que se desarrollan en el archipiélago, algunas de estas obras se han visto afectadas para conseguir materiales en la ciudad y por ello se han retrasado, sobre todo las del sector público que amenazan con impedir que la gobernadora del Departamento Aury Guerrero Bowie pueda entregar algunas de estas, como se quejaba en un reciente reportaje con esta redacción, al advertir que sus proyectos estaban lentos por la falta de materiales.
De este boom de la construcción hacen parte al menos cinco hoteles de la isla que se encuentran en remodelación, reconstrucción o ampliación, de los cuales se puede mencionar al hotel Portobelo de la Avenida Las Américas, antes Free Port, que además de los trabajos de remodelación estructural y de fachadas, construye una nueva torre de cinco pisos en la parte posterior, el hotel Casa Blanca que está reconstruyendo uno de sus bloques, Aparta Hotel Las Américas, que también construyendo un nuevo bloque sobre la avenida Las Américas, el Grand Hotel San Andrés que amplía sus áreas y en el Hotel El Isleño que se construye la segunda etapa para ampliación del centro de Convenciones y a su lado, frente al Hotel Toné, se construye un complejo de suites de lujo de varios pisos de altura.
Todos estos proyectos se harán acreedores a la exención tributaria contemplada en la Ley 788 del 2002, para los establecimientos nuevos del sector o para los que amplíen o remodelen sus instalaciones. El alivio se da a través del Decreto 2755 del 2003, ya que reglamenta las exenciones a las rentas provenientes de servicios prestados en hoteles nuevos construidos a partir del primero de enero del 2003 las cuales están exentas del impuesto sobre la renta por un término de 30 años, contados a partir del año gravable 2003.
El beneficio aplica para los servicios de alojamiento prestados por hoteles remodelados o ampliados, dentro de los 15 años siguientes contados a partir del primero de enero de 2003. Entre los requisitos exigidos por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) para otorgar la exención se encuentran la inscripción en el Registro Nacional de Turismo, y la certificación expedida por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo sobre la prestación de servicios en el establecimiento que hace la solicitud para beneficiarse con el alivio.
A estos y otros proyectos del sector empresarial se suman las obras públicas que en la actualidad están construyendo la nueva biblioteca del Banco de la República, un edificio inteligente que se levanta en el mismo sitio donde hace más de ocho años fue demolida la anterior edificación; el nuevo comando del Departamento de Policía de San Andrés, tres megacolegios y otras obras como la estación de bomberos, la antigua sede de la Registraduría, la reconstrucción del parque Sunrise, entre varios proyectos más. Solamente en obras públicas el Gobierno Departamental reseña cerca de un centenar que se vienen realizando de manera simultánea.
Ha sido tan notorio el boom de la construcción en San Andrés que luego que cesaron los efectos jurídicos de una acción de tutela que congeló el otorgamiento de licencias de construcción por casi una década por la falta de un sistema de alcantarillado sanitario idóneo para soportar las cargas de esas nuevas edificaciones, al menos dos grandes empresas concreteras y de agregados se han instalado en San Andrés con un evidente éxito empresarial.
Lo cierto es que todas estas obras y proyectos tanto del sector público como del sector privado han contribuido a una renovación urbana que poco a poco ha ido cambiando la cara ruinosa que presentaba San Andrés y ha mostrado una modernidad del comercio y la hotelería.