Alerta a la Dirección de Planeación Departamental; en momentos que se caen edificios es menester tomar las medidas de seguridad preventivas.
Por. Alberto Guerra García.-
Hay temor en las gentes que ocupan los locales del primer piso del viejo edificio del Hotel Tiuna. Están convencidos que en cualquier momento les puede suceder lo mismo que pasó el miércoles bien temprano en las primeras horas de la mañana, cuando la placa del segundo piso se les vino encima. Afortunadamente el local comercial donde funciona la Importadora Giraldo, ubicado en el primer piso del Hotel Tiuna estaba sin afluencia de clientes. Una turista que compraba en ese instante se encontraba en la caja cancelando la cuenta. En ese instante, la gruesa placa del segundo piso, que para ellos es el techo, comenzó a estremecerse al interior del local.
Un instante de zozobra
La turista creyó que se trataba de un temblor, corrió velozmente hacía el baño de enfrente, la dependiente del local corrió igualmente y se protegió detrás de una columna, y, en cuestión de segundos el segundo piso les cayó encima. Un arrume de bloques viejos que se usaron por allá hace 50 años se desojaron como margaritas, fragmentos que parecían galletas, el hierro utilizado para fundir la placa ya no se veía, estaba totalmente gastado por los años y el proceso de oxidación, tuberías reventadas, aparadores al piso, mejor dicho, y todos los escombros sobre la mercancía.
¡Que peligro!
Para prevenir una desgracia debería inspeccionarse esa vieja edificación, que hace unos pocos años fue retocada estructuralmente. El viejo edificio del Hotel Tiuna hace parte de esa cantidad de construcciones que se levantaron con arena coralina en épocas del puerto libre. Basta mirar un simple segmento del plafón que se derrumbó para ver la historia de la arquitectura e ingeniería isleña, y cuál el estado de los pisos de esa edificación. Y, no solo por este indicador de amenaza de ruina, sino también todos los viejos edificios de San Andrés, que merecen una pronta inspección de las autoridades a objeto de evitar una situación desafortunada. Hemos contado con mucha suerte, gracias al todopoderoso. Esta es una responsabilidad urgente de la Dirección de Planeación Departamental.