En el devenir histórico de la mujer, se observan los diferentes cambios en las tareas que realizaba en cada pueblo y cultura, hasta llegar al ocaso del segundo milenio. Mientras la actual sociedad tiene una tendencia patriarcal, la primitiva sociedad se caracterizó por ser matriarcal y su unidad estaba constituida por el gen maternal o el clan, era una hermandad de hombres.
Para los niños en ese entonces todas las mujeres mayores, eran madres, fueron ellas las que se convirtieron en la mayor fuerza productiva; las obreras y las campesinas, las dirigentes de la vida científica, cultural e intelectual; tuvieron el control sobre los alimentos, descubrieron el fuego, crearon los primeros recipientes, utilizaron los recursos que la naturaleza ponía a su disposición y así se inició la industria de la cuerda al tejido; el arte de la alfarería, también se ocupaba de trabajos muy duros y pesados, como transportar mercancías y equipajes sobre sus hombros.
Por Resolución 3135 del 26 de octubre de 1953 de la Dirección General, se creó la Policía Femenina. Su organización y su instrucción se encomendó a la sección de Bienestar Social. La primera en ingresar fue la hija del presidente; María Eugenia Rojas, a quien se otorgó el grado de teniente honoraria.
Las insignias le fueron impuestas el 5 de noviembre de 1953. Más tarde, la resolución 3256 la asigno como teniente primero, a la vez que nombró como teniente segundo a 68 damas de los diferentes departamentos del país y de la ciudad de Bogotá. Lo que entonces se pensó que llegaría a ser un avance institucional.