Por: Ethel Bent La Mala Hierba
En las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Reserva de Biósfera Seaflower, la transición energética ha venido siendo un bello discurso de los gobiernos y empresas energéticas, que contrasta cada fin de año con los cada vez más millonarios contratos o negocios del alumbrado navideño. Por esta causa más de tres ex gobernadores se encuentran bajo investigación.
La realidad del territorio es que tiene una de las energías más costosas del país y ha contado con un sofisma de subsidio que igualmente afecta gravemente el bolsillo de los isleños. Cada fin de año esto se ve agravado por los proyectos de alumbrados que impulsa el mismo gobierno departamental.
Para este año se destinaron cerca de 4 mil millones de pesos en la decoración navideña de algunos barrios y principalmente de la zona turística. Sin embargo, la constante aura de aparente corrupción en estos proyectos, ya debería ser un motivo para prescindir de tanta parafernalia costosa y sin sentido de sostenibilidad en unas islas ambientales por naturaleza y denominación.
Todos sabemos que esta gestión financiera pasa por encima del tema ambiental, para el que necesitamos acciones urgentes de conservación y sostenibilidad. Es un despilfarro energético tener estas decoraciones luminosas y ferrosas que resultan contraproducentes para el equilibrio ambiental, aunque sean un paisaje y escenario bonito.
Con tantas acusaciones de corrupción administrativa, de malversación del dinero, de la apropiación de recursos e incluso de las investigaciones a gobernadores y alcaldes, por el mismo tema de los alumbrados navideños, ¿no creen que es el momento de reflexionar y replantear estas prácticas para las próximas navidades?
¿No existen en el mundo alternativas que respeten el medio ambiente sin perder el espíritu navideño para inspirarnos en ellas?
Estas acciones no solo contribuirían a mitigar el impacto ambiental, sino que también fortalecerían el sentido de pertenencia y arraigo cultural de todos los que vivimos en este pequeño territorio.
La navidad es un momento de unión, reflexión y esperanza. San Andrés, Providencia y Santa Catalina, podrían convertirse en un ejemplo de sostenibilidad y responsabilidad, mostrándole al mundo que es posible celebrar de manera consciente y respetuosa con el entorno y transparencia administrativa.
La decisión está en nuestras manos. Si continuamos dejando que el gobierno decida cómo dilapidar nuestros recursos, continuará aumentando cada vez más el coste energético y ambiental y todos seremos víctimas y culpables.
La decisión de la verdadera transición energética está en nuestras manos. ¿Nos atrevemos a dar el primer paso?

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