Ya muerto, y con cal para tapar el olor a animal muerto, el caballo aún sigue postrado contiguo a la residencia del señor Luis Tello que teme por la salud de su familia por los olores emanados por el mismo. Luis Tello, ciudadano residente en la vía a Hill Top, “Yo lo que le pido a las autoridades ambientales es que cuando se presenten estos hechos los atiendan enseguida porque estos animales en descomposición causan enfermedades. Desde la habitación donde Luis Tello convive con su esposa se alcanza a ver el caballo muerto que, hasta el momento, no ha sido recogido ni por sus dueños ni las autoridades ambientales. Contiguo a la casa de Luis Tello están las caballerizas, los cuales tienen dueño pero que, en ocasiones, se vuelan las cercas y lastimadas terminan postradas en los patios aledaños.
Por: Daniel Newball H.
A la extensa saga de animales muertos que son encontrados en los patios residenciales de la isla, y sin que las autoridades no actúen de manera inmediata para atenderlos, se suma el de este fin de semana donde en el patio de la residencia de Luis Tello, ubicado en el sur de la isla en la vía que conduce a Hill Top, donde un caballo muerto que emanaba fuertes olores a amoníaco lleva casi una semana postrado sin que nadie venga a recogerlo.
Para el frustrado ciudadano, los animales mueren y desaparecen los dueños y cuando se emprenden acciones particulares para resolver la situación en cuestión de minutos aparecen los comparendos ambientales y los propietarios a reclamar. “En mi casa el olor es fuerte, tengo una niña pequeña que, seguramente, se va a enfermar por el olor desagradable que viene del patio.
“Llamo a Coralina y me dicen que solo trabajan de lunes a viernes y a la Policía Ambiental y me dicen que ellos no pueden hacer nada sin autorización para remover el animal. Una sola tiradera de pelota que la verdad me tiene molesto y que me obliga a tomar acciones al respecto”, dice Tello quien manifestó que cuando detectó la presencia del animal, éste ya se encontraba moribundo y que trató de atenderla cuando estaba postrada en el patio de su casa.
“Yo lo traté de atender, de hecho lo arrastré para sacarlo un poco para ver que podría hacer para ayudarla pero me di cuenta que ya no podía salvarla. “Esta mañana salí y cuando regresé me di cuenta que le echaron cal, el olor, aunque se ha disipado un poco, aun se siente. Desde la habitación de mi casa se puede ver el caballo. La cuestión es que si yo le hubiera pegado un tiro o lo hubiera quemado estando viva enseguida hubiese llegado el dueño a reclamarme”, agrega Tello.
Ya en el sector de Shingle Hill, contiguo a la sede del Canal Regional Teleislas, se presentó una situación similar donde un caballo apareció muerto en la zona, emanando fuertes olores y causando malestar en la comunidad sin autoridad ambiental alguna hiciera algo para remover el mismo. Diferentes procedimientos, desde la quema hasta la colocación de cal sobre el cadáver, fueron utilizados para poder disimular la presencia del animal muerto que alteró, por unos días, la tranquilidad del sector.
“Yo lo que le pido a las autoridades ambientales es que cuando se presenten estos hechos los atiendan enseguida porque estos animales en descomposición causan enfermedades.
“También pido a las autoridades que ejerzan controles sobre las caballerizas que están aledañas ya que muchos de ellos se vuelan las cercas y llegan lastimadas hasta morirse a los patios ajenos sin que los dueños aparezcan para atenderlos”, sentencia.