Moradores les toca almacenar el agua en baldes para poder tener para sus abastecimiento diario.
Por: Jeimy Almanza
A pesar de estar rodeada en un cien por ciento de agua, la isla sufre por este servicio debido a que más del 75 por ciento de las zonas residenciales no cuentan con acueducto, ni alcantarillado, y en diferentes sectores se evidencia la necesidad de este líquido que es cuidado como si fuera oro.
La comunidad utiliza tanques, cisternas subterráneas, o galones que son llenados de agua lluvia o de pozos naturales que se encuentran en diferentes partes de la isla.
En época de sequía los habitantes sufren por no contar con este líquido para sanear sus necesidades básicas, en muchas ocasiones compran valdés de agua que cuestan alrededor de mil pesos que solo les alcanza para un día.
Son más de 300 familias más humildes de estos barrios aledaños de la isla que padecen por esta situación, ya que en sus casas no cuentan con la instalación del acueducto. El gobierno Departamental está desarrollando la instalación del alcantarillado y acueducto en algunos de esos sectores densamente poblados, para disminuir las cifras de habitantes que padecen por no contar con estos servicios, pero por lo pronto el barrio La Paz tiene que esperar hasta que le toque su turno, quienes no saben cuándo será que llegará la solución definitiva.
Moradores opinan
Otilia Meza: “Nos toca siempre esperar que llueva porque por aquí no conseguimos agua, en ocasiones tenemos que comprar en el barrio vecino donde un balde nos cuesta mil pesos, que solo nos alcanza para lavar la loza y cocinar”.
Doris Sarmiento Parra: “En el barrio no cuentan con el servicio de agua potable, nos toca abastecernos y recolectar agua lluvia, en ocasiones se compra el agua a carro tanques de la isla, se han hecho varias gestiones para solucionar la problemática del agua y así dejar de padecer”.
Yannet Arzuza: “Tenemos más de 18 años que se fundó el barrio pero no reconocido porque no se había constituido una junta, apenas este año se ha logrado meter unos pesos para meterle a la calle porque no solo se tiene la problemática del agua sino de la luz, las calles, etc, por ende se está en el proceso de legalizarnos para así poder contar con los servicios, la mayoría tienen cisterna, pero a pesar de eso sufren, y les toca comprar agua al barrio vecino, cuando no llueve pasamos mucho trabajo”.