La versión digital del diario El Nuevo Herald de Miami informó sobre una demanda por $5 millones de dólares entablada por una familia raizal contra la Guardia Costera Americana por la muerte de un joven sanandresano en hechos que se presentaron en alta mar el pasado 22 de agosto de 2012, cuando unos pescadores fueron confundidos con traficantes de narcóticos.
Durante la noche del 22 de agosto del 2012, una embarcación, identificada por la Guardia Costera de Estados Unidos como una lancha rápida, fue avistada en aguas internacionales, a unas 32 millas al noreste de Cayos Misquitos, frente a la costa oriental nicaragüense. La Guardia Costera, sospechaba que la embarcación transportaba drogas, al momento en que la lancha rápida ignoró las órdenes de detenerse, un miembro de la tripulación a bordo de un helicóptero de la Guardia Costera disparó tiros de advertencia y fuego discapacitante a los motores para desactivarlos y obligar a la embarcación a detenerse.
Cuando finalmente se detuvo la lancha, quedó claro que el operativo de la Guardia Costera de interceptar un cargamento de drogas había salido mal. Uno de los tres miembros de la tripulación de la lancha estaba herido de muerte, quien fue identificado como Milford Mckeller de Alba, de 24 años, residente de San Andrés, otro tripulante fue herido en el brazo. Por otra parte, los tripulantes de la Guardia Costera no encontraron ninguna droga en La embarcación, se cree que la razón pudo ser que los tripulantes tiraron los fardos de narcóticos al agua antes de los disparos. Ahora, un abogado en Miami, que representa a la familia de Mckeller de Alba, ha presentado un reclamo por $5 millones contra la Guardia Costera como compensación por la muerte en alta mar. Mientras que el caso parece ser similar a cientos de otras interceptaciones antinarcóticos en el Caribe, el Atlántico y el Pacífico en los últimos años, en realidad el episodio se aparta de la norma en varios aspectos.
La Guardia Costera no entregó a los tripulantes que sobrevivieron a investigadores y fiscales federales en Miami como ha ocurrido en muchos otros incidentes. De acuerdo con documentos obtenidos de la Guardia Costera por el abogado de Miami, Louis A. Vucci, el fatídico suceso se desarrolló cuando el miembro de la tripulación del helicóptero disparó para deshabilitar el barco.
A principios de septiembre del 2012, los sobrevivientes –Rafael Britton, de 27 años, y Aníbal Grinard Henry, de 37– fueron repatriados a Colombia. También en septiembre del 2012, el cadáver de Mckeller de Alba fue devuelto a San Andrés a bordo de un avión de la Guardia Costera, dijo Vucci. La familia sepultó a Milford Mckeller de Alba el 9 de septiembre en la isla de San Andrés.