Sor Diana Constanza Patiño Campuzano es la actual Rectora de la Institución Educativa Sagrada Familia de San Andrés, y su permanencia en la Isla ha sido declarada irregular por la Junta Directiva de la Oficina de Circulación y Residencia “OCCRE” motivo por el cual deberá abandonar el territorio una vez le sea notificada y quede ejecutoriada la decisión adoptada.
Sor Diana arribó a la Isla hace más de 7 años. Salió una vez del territorio insular con destino al continente con el propósito de mantener su estatus regular frente a la “OCCRE” y retornar a este territorio.
Con la expedición del Acuerdo N0. 001 de 2010, en el cual se fijaron los criterios, requisitos y procedimientos para la residencia permanente y temporal en el Archipiélago -declarado nulo con posterioridad por el Tribunal Contencioso Administrativo de San Andrés- extendió su permanencia, hasta que surtiendo los trámites legales ante la Junta Directiva de la OCCRE, ésta unánimemente decidiera en días pasados, con la asistencia de 8 de sus 11 miembros, que no podía continuar su permanencia en San Andrés, por cuanto violaba el literal a) del artículo 7º. del Decreto 2762, por medio del cual se adoptaron medidas para controlar la densidad poblacional en el Departamento Archipiélago.
La presencia de Sor Diana en San Andrés tiene un único motivo: Cumplir con el contrato de administración de servicios que anualmente celebra la Gobernación de San Andrés y Providencia con el Vicariato Apostólico, en desarrollo del Decreto 1851 de 2015, al haberse extinguido la figura de la Educación Contratada con la cual fue manejada durante muchos años la educación religiosa del archipiélago como tierra de misiones.
El contrato de administración de servicios ampara a tres rectoras de las instituciones religiosas de las Islas: La Sagrada Familia; El Carmelo, y María Inmaculada de la Isla de Providencia; y dos hermanas docentes en 2 de las mismas cubriendo el pago del arriendo de las instalaciones, los servicios públicos, el salario de las religiosas y la administración del servicio por parte del Vicariato, quien obtiene una remuneración del 8% del valor total del contrato. La decisión adoptada por la Junta Directiva de la OCCRE, que en su real saber y entender ha obrado de conformidad a la ley, ha generado el inconformismo de parte de unos, y la aceptación de parte de los otros:
La preocupación de su partida, para unos, y para otros la obligación de someterse a la legislación específica dictada para el Archipiélago con el fin de controlar la densidad de población descontrolada y desbordada. Para unos su permanencia afecta la supervivencia de la institución; para otros es la comunidad religiosa quien debe solucionar su sustitución en la isla por cuanto no es irremplazable. Para unos (sic) “no se puede esconder preferencias detrás de sotanas y hábitos”(…) para otros (…) el tema de la Occre es sumamente complejo , y en algunos casos puede tratarse de algo injusto (…).
Indagando por Sor Diana Constanza -para aquellos que no lo saben y tampoco la conocen- todos coinciden en que es ella gracias a su temple y disciplina, aquella que ha logrado consolidar la institución educativa, haciendo que los estudiantes obedezcan y respeten los principios y las normas que rigen el colegio; su misión y su visión. Por lo cual hay que darle una total credibilidad. Su buena gestión ha sido reconocida y destacada por el Departamento en más de tres oportunidades con una asignación adicional al último salario devengado, lo cual denota su eficiencia y eficacia en la administración del Establecimiento Educativo.
La última auditoría realizada por la Contraloría General del Departamento al colegio que regenta, la ha calificado con los mejores puntajes a los cuales puede hacerse una docente en las actividades de dirección, a saber: 97,8% en el control de la gestión; 100% en el control de resultados; 100% en el control financiero y presupuestal, y los estados contables como pocos, son pulcros e intachables, lo que ha permitido que el Ente de Control le haya hecho la anotación “Sin Salvedad”. Sor Diana Constanza Patiño Campuzano como rectora de la Institución Educativa de la Sagrada Familia se encuentra frente a una situación compleja, que como el péndulo de un reloj, se mueve entre lo regular y conveniente.
La primera, porque en un Estado Laico, es la ley y solo ella quien ha determinado cuándo una persona se encuentra en situación irregular, independientemente de su condición profesional, su vocación religiosa y su desempeño laboral. E inconveniente porque los antecedentes que ella ha sabido demostrar en el muy buen desempeño de su responsabilidad como rectora, colocan a la Comunidad y al Colegio en la necesidad de acoplarse a una situación de transición mientras dura su ausencia y se resuelve el retorno de una persona que ha sido ya evaluada con los mejores resultados.
Se trata por lo tanto de un precedente administrativo que debe ser observado por la Dirección de la OCCRE, quien deberá cumplir con la decisión asumida por su Junta, mientras no exista un fallo judicial que demuestre que han sido violados los derechos fundamentales de Sor Diana Constanza Patiño Campuzano. ¡Dura lex, sed lex! ¡La ley es dura, pero es la ley! Por: Álvaro Archbold Núñez
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