Nuevamente las elites bogotanas decidieron decidir por los isleños y han empezado a ambientar una aceptación no solo tacita si no expresa del fallo de la Corte Internacional de Justicia, CIJ de La Haya, con equivocados argumentos, según los cuales, el mar entregado a Nicaragua por ese Tribunal y arrebatado a los nativos del archipiélago no era nuestro.
Y en la ambientación de esa entrega han coincidido simultáneamente dos contradictores políticos que además son acérrimos enemigos; Ernesto Samper Pizano y Andrés Pastrana Arango, éste último quien encarnó la llamada “conspiración” para derrocar al primero y ahora nuevamente que se reabra el proceso penal por la financiación de la campaña samperista a la Presidencia con dineros del Cartel de Cali.
Ambos han pedido en la víspera del anuncio del Presidente Juan Manuel Santos Calderón sobre la posición que su gobierno asumirá frente a Nicaragua, que se acate ese fallo que es rechazado por más del 84 por ciento de los colombianos y más del 93 por ciento de los habitantes de las islas, a quienes ninguno de los representantes de estas elites bogotanas les han consultado al respecto como tampoco lo hicieron cuando fueron presidentes de la República.
De hecho, estos representantes del establecimiento colombiano no tienen ninguna autoridad para salir ahora a decir que se debe entregar nuestro mar, cuando ellos hacen parte de la responsabilidad por el fracaso de La Haya.
Contrasta esta actitud timorata de Samper y Pastrana con la patriótica posición del ex Presidente Uribe, que es quien ha alzado la voz de ese 84 por ciento de colombianos que pide que no se acepte el fallo, y que por el contrario se mantenga la presencia de la Armada Nacional en las aguas del Meridiano 82, donde históricamente Colombia y los pobladores del archipiélago han ejercido soberanía pacifica e ininterrumpida durante Siglos.
Es tal la claridad del expresidente Uribe frente al tema que su argumentación resulta bastante acertada en lo jurídico, histórico y político, y tal como lo ha expresado éste, resulta mejor 40 años de tensiones diplomáticas que entregar el mar territorial. Ningún país del mundo entrega en este siglo tanto territorio como el que pretenden las elites bogotanas que perdieron a Panamá en 1903, entregar ahora a Nicaragua que nos condena a hacernos desaparecer como grupo poblacional y étnico, o a través de la guerra o con exploraciones petroleras que terminarían destruyendo la Reserva de Biosfera y nuestros ecosistemas y sitios turísticos.
Estados modernos como Israel que incluso se han anexado territorios 10 veces menos extenso que el mar territorial despojado por la CIJ, se han enfrentado a la comunidad internacional, a la liga de países vecinos y al mismo Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y no han cedido a entregar un milímetro de su territorio, para lo cual sus fuerzas militares han ejercido la defensa de sus límites, pero las buenas maneras cachacas, muy ‘chapinerunas’ ellas, pertenecientes a las elites y oligarquías que han mal manejado este país, y a la que pertenece Juan Manuel Santos Calderón, prefieren entregar nuestro mar, antes que poner a nuestra Armada y Fuerza Aérea a proteger esas zonas.
Hasta en eso se diferencian los analistas y columnistas uribistas de los que están aliados al establecimiento colombiano. Mientras que la columnista Paloma Valencia –cercana a Uribe- decía en Blu Radio que no se puede acatar ese fallo porque significa la perdida de San Andrés que luego de ello irá por su propia independencia, Laura Gil, una uruguaya radicada en Colombia, decía para El Tiempo –periódico del régimen, otrora propiedad de la familia presidencial y principal beneficiario de la pauta oficial- decía que “el Presidente no está listo para decirlo, ni el país para escucharlo: ese mar no era colombiano y llegó la hora de devolverlo. Llegó el momento de pasar a la ofensiva; llegó el momento de negociar. Es lo mejor para el Gobierno, para Colombia, para el Caribe y para la vecindad.”
El liderazgo de la región debe hacer sentir su voz firme de rechazo a las pretensiones tanto de Managua como de Bogotá, y en tal sentido valoramos lo dicho por el parlamentario Jack Housni Jaller desde San Andrés al legendario comandante cero del Sandinismo, Edén Pastora y demás analistas y dirigentes de oposición nicaragüense en el programa Hora 20 del pasado martes: ese mar es de los sanandresanos, Nicaragua no tiene nada ganado, y no es solo el expresidente Uribe el que rechaza el mencionado fallo, es el 84 por ciento de los colombianos que pide que no se entregue una parte del territorio nacional. Así se le debe hacer saber tanto a las elites bogotanas como a los expansionistas de Managua.