Las rampas que están construyendo en los andenes nuevos son muy altas y no las pueden usar las personas con discapacidad, ni las de la tercera edad, ni las mujeres embarazadas. En la otra foto la carta del constructor Hernando Solano respondiendo sobre el porqué la altura de las rampas en los andenes del barrio el Bight y en la gráfica de la derecha la situación en la que se encuentran las sillas de ruedas del equipo de baloncesto de discapacitados.
Por Omar Prieto Puello
El 3 de diciembre se celebró en Colombia el Día nacional de la Discapacidad, fecha en la que se puso a pensar y a meditar a las personas que utilizan muletas, sillas de ruedas o caminadores y que viven en las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina sobre el aporte que hace el gobierno, el comercio y la comunidad en general para que los discapacitados tengan una vida más llevadera y que se puedan mover en todo el territorio con cierta facilidad.
Algunos discapacitados que hablaron con The Archipiélago Press dieron a conocer su inconformismo por la difícil situación que les toca vivir a las personas con discapacidad que viven aquí y hasta los que vienen en calidad de turistas.
Cuentan que la gran mayoría de los hoteles fueron hecho sin pensar en esta población, ya que muy pocos tienen ascensores, las escaleras no tienen ramplas, los baños no están habilitados para las personas que utilizan sillas de ruedas, lo mismo que muchos almacenes, centros comerciales y hasta en los atractivos turísticos como en los cayos e islotes donde no hay una infraestructura para facilitarle el acceso y la movilidad a un discapacitado; algo que tortura al discapacitado de la isla es que las rampas que se hacen en los andenes son muy altas y no permiten la fácil subida y bajada de una persona en silla de ruedas.
Lo que más molesta a las personas discapacitadas es que las rampas que tienen la medida reglamentaria, siempre están taponadas por carros y motos y no los dejan pasar, por lo que les toca a ellos utilizar la vía exponiéndose a ser atropellado por un vehículo.
Wilmer Hooker Thyme: “Yo acabo de llegar de la ciudad de Pereira y allá, yo particularmente me pude fijar todo lo que hacen pensando en nosotros las personas con discapacidad, allá los buses del transporte masivo tienen el escalón para que la gente con discapacidad se suba y se baje con facilidad, dentro del bus hay un espacio especial para el discapacitado, la comunidad muy atenta con el discapacitado, pero aquí las rampas las están haciendo muy altas y es difícil para nosotros usarlas y las que sirven, la gente viene y parque las motos y los carros y no nos dejan usarlas”, dijo Wilmer Hooker Thyme persona con discapacidad perteneciente al comité departamental y al club deportivo Blue Deep.
Wilmer Cedrón Ahumada: “En San Andrés hay muchos edificios en los que uno no puede subir, en el de la gobernación pusieron un ascensor y pocas veces está en funcionamiento, aquí hay muchos edificios donde nosotros no podemos subir por que tienen escaleras y no tienen rampas, a propósito de rampas las de los andenes las siguen haciendo muy altas, yo le envié una carta al ingeniero Hernando Solano que es interventor en la obra que se hace en el Bight, para que los andenes se hicieran pensando en las personas con discapacidad, la tercera edad y en las mujeres embarazadas, el me respondió con una carta que estos andenes se habían hecho así a petición de los propietarios de las casas vecinas, pero es que estas tienen una medida o tenían que hacer las rampas de subida y bajada, ya las hicieron así y no hay nadie que haga valer la ley de nosotros los discapacitados”, acotó Wilmer Cedrón Ahumada, miembro del comité departamental de discapacitados y del club deportivo Blue Deep.
Espacios de capacitación académica, una zona deportiva y más apoyo son algunas de las cosas que hacen falta en San Andrés para que esta población discapacitada, que es un alto índice de acuerdo al número de habitantes en la isla capital, tenga una vida más agradable.