El Gobierno Nacional parece querer enmendar la plana que salió muy mal con el fallo de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, Holanda y que le arrebató a los isleños 75 mil kilómetros cuadrados de mar territorial.
Y como quiera que el Estado y nuestro Departamento está avocado a una nueva amenaza de Nicaragua que acaba de presentar una tercera demanda para obligar a que se de cumplimiento a lo fallado por ese alto tribunal, además de una anterior sobre plataforma extendida que pretende dejarnos en un enclave nicaragüense, la Cancillería con el apoyo de la Academia, parece haber entendido que el secretismo que manejó en el primer contencioso no puede continuar, y que ahora si es necesario vincular al pueblo de las islas, para lo cual resultó bastante valioso que se adelantara un primer conversatorio con los más desatacados y representativos líderes de la sociedad del Departamento, particularmente los más connotados activistas del Pueblo Raizal, cuyo aporte a la defensa del mar del archipiélago, desde su cosmovisión, su pensamiento, su sentimiento, su cultura y su historia, debe ser tomada en cuenta para la nueva amenaza que se viene ahora.
Ya no conviene seguir llorando sobre la leche derramada y toca avanzar con nuevos elementos, nuevas estrategias y por su puesto nuevos protagonistas, al nuevo propósito de defensa, y para ello, tomar en cuenta a los dueños de casa es lo mejor que puede ocurrir.
Resulta bueno además que la Academia esté de por medio por que lo que tradicionalmente ha mostrado ese sector del pensamiento es que han sido muy independientes del pensamiento y el accionar oficialista, lo cual da prenda de garantía que el concurso de expertos internacionalistas que provienen de la Academia y no de las Asesorías oficiales contratadas por miles de millones de dólares, son un valioso aporte que sumado al que puedan brindar hombres y mujeres de las islas, pueden contribuir a apuntalar una defensa más técnicas y acertada que la del primer fallo.
En tal sentido hay un largo camino por recorrer, porque de acuerdo a lo expresado por un experto internacionalista como el doctor Erick Tremolada de la Universidad Externado de Colombia, en las nuevas demandas de Nicaragua no se tomaran menos de quince años por la complejidad de las mismas, además que ya Colombia ha presentado los recursos y ha solicitado las excepciones del caso, y en todo caso considera que ambos países tendrán que llegar obligatoriamente a una solución negociada, donde los isleños tendrán que tener una muy activa participación política y habrá tiempo suficiente para que nuestros mejores hombres y mujeres se preparen y participen de las gestiones que se adelanten al respecto.
Por ello hizo bien la Cancillería en retroalimentarse con los conceptos de los nativos raizales y de otros participantes que aunque no pertenecen a ese Grupo étnico, por conocimientos académicos o por los cargos que ostentan, expresaron muy valioso aportes. Y aunque algunos de los aportes no pasen de ser opiniones cargadas de mucha pasión, de mucho sentimiento de dolor y una gran carga política que pretende un reproche o el reclamo de una reivindicación del Estado, no es menos cierto que también hubo posiciones muy técnicas, científicas, jurídicas, etc, como la del doctor Erick Castro, quizás uno de los biólogos que más conoce del tema marítimo y pesquero del archipiélago, que sin muchos aspavientos, supo ilustrar y radiografiar las razones del desastre diplomático del primer contencioso en La Haya, que bien valen ser tomadas en cuenta para no repetir la historia. Esperamos entonces que el Estado esté enmendando la plana mal hecha y no que estén socializándonos futuras derrotas, o dándonos contentillo para luego justificar que si le participaron a la comunidad insular de lo que sucedía.