The Archipiélago Press lo vivió en Santo Tomás, Atlántico, con influencia en Peruggia, Italia.
Posted by The Archipielago Press on Friday, April 18, 2025
Ethel Bent Castro y Quinny Martinez, además de primas comparten la vena artística y una estadia actual en España donde exponen las costumbres, cotidianidad y saberes ancestrales del pueblo étnico raizal a través de la literatura negra y femenina. Y estos días lo aprovecharon para conocer en Tareagona, las costumbres cristianas de la semana Santa.
The Archipiélago Press, medio en el que ambas trabajaron en esta semana santa hizo en mismo ejercicio de sus otrora reporteras en uno de los tres sitios de Colombia de arraigadas tradiciones del medioevo; Santo Tomás, Atlántico donde al igual que en Popayan y Mompox existen tradiciones originadas en Europa.
Los Flagelantes de Santo Tomas tienen su historia en Peruggia desde el año 1229.
Este año en Santo Tomás la ceremonia de flagelación comenzó a las 8:00 de la mañana en ‘Caño de las Palomas’ y culminó en la Cruz Vieja en la calle de La Ciénaga. En la España de Siglo XVII, estas manifestaciones fueron prohibidas por “orgiásticas, exceso en los consumos de licor y ventas de comidas, promiscuidad y faltas de respeto”. Aquí son consideradas patrimonio cultural
Este año, en Santo Tomás 8 penitentes llevarán a cabo la antigua práctica de la flagelación como parte de sus votos y promesas al Señor.
La secta surgió en Perugia, entre 1259 y 1260, y pronto sus miembros ascendieron a miles. Los Flagelantes iban por las calles de los pueblos azotándose las espaldas e invocando a la gente a arrepentirse y a unirse a ellos en este castigo.
El movimiento se extendió rápidamente por toda Europa y fue desarrollando rasgos violentos. En Europa del Norte, en Alemania y los Países Bajos, se volvió antisemita y la Iglesia y las autoridades laicas tuvieron que reprimir la cólera de sus integrantes en contra de los judíos, a quienes culpaban por los males del mundo, que se presentaron por haber derramado la sangre de Cristo.
Pero la aparición en Europa en el Siglo XIV de la espantosa epidemia de la Peste bubónica –O Muerte Negra- hizo que la secta de Los Flagelantes, tomara nuevas fuerzas. Prometiendo abstenerse de todo placer, soportando torturas y flagelaciones durante 33 días –en recuerdo de los 33 años de Cristo- ofrecían estas torturas al Creador, a fin de que se acabara esta mortal enfermedad contra la cual no había defensa posible.
Pero alcanzaron estos Flagelantes tanto poder, convencieron a tantos de que la verdad estaba en ellos que pusieron el peligro la autoridad papal. Por tal razón, El Papa Clemente VI emitió una bula en contra de ellos en 1349, y la Inquisición los persiguió con tal vigor que desaparecieron casi por completo.
Habían adquirido tanto poder, que ya podían determinar a qué pecadores se les podía dar castigos y a quienes la muerte, convirtiéndose en una amenaza tan grave como la propia peste
SUPERVIVENCIA EN ESPAÑA
En España, sin embargo, Los Flagelantes –o Penitentes- fueron permitidos, si bien a finales del Siglo XVI, el propio Rey Felipe II, quiso exterminarlos y ordenó al arzobispo de Sevilla, Cristóbal de Rojas, hacer una investigación sobre las actividades de la secta.
El prelado, le indicó al monarca que la agrupación había desbordado los límites de lo religioso y ahora sus manifestaciones eran una verdadera fiesta pagana, en las que se vendían “comidas y bebidas en exceso con aumentos de promiscuidad y faltas de respeto”.
Las procesiones, que se hacían Jueves Santo por las noches, fueron trasladadas para el Viernes Santo durante el día, a fin de que pudieran ser controladas, pero algunos, creen que la verdadera razón fue ahorrar el gasto de cera, necesario en las jornadas nocturnas.
Lo cierto de todo, es que estas práctica pervivieron en España hasta cuando Carlos III, en febrero de 1777, las prohibió de con toda severidad manera definitiva. En apariencia desaparecieron con la prohibición real, pero siguieron manifestándose de forma furtiva hasta mediados del Siglo XIX.
Con información de Pepé Comenta