El fenómeno del narcotráfico es el principal causante de la descomposición moral y social que vive la Isla de Providencia, denunció el Padre Benito Huffington durante la ceremonia religiosa celebrada el pasado 7 de agosto con motivo de las efemérides de la Batalla de Boyacá, en la Iglesia Católica del sector de Sur Oeste a la que acudió el Alcalde Arturo Robinson y miembros de su gabinete así como oficiales de la Armada y la Policía Nacional, y personas de la comunidad. Las fuertes declaraciones del líder religioso fueron motivadas por el cruel asesinato de un joven de 21 años ocurrida la semana ante pasada y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en alto grado descomposición 3 días después de haber sido reportado como desaparecido por parte de sus familiares.
Denunció que el narcotráfico hasta ha permeado la religión llevando sus dineros mal habidos y llenos de sangre para buscar luego su bendición. Al tiempo que cuenta hasta con carta de residencia gracias a la tolerancia que hay entre la comunidad que le permite seguir viviendo cada día más entre los ciudadanos.
En su homilía el sacerdote aseguró que “desde hace 10 años para acá, he notado un cambio en nuestro alrededor, un cambio acelerado con respecto a nuestros valores y principios religiosos. Los valore se han invertido, lo que antes era bueno hoy es malo y lo que antes era malo, hoy es bueno, la mentalidad de nuestra comunidad no se rige más por los mandamientos de la ley de Dios, si no por las bajezas del desenfreno, el dinero fácil del narcotráfico en todas sus formas que en el fondo son mandatos del demonio. Parece ser que el afán de nuestra gente ya no es por lo trascendente y lo espiritual, sus intereses están centrados en lo caduco y pasajero, y todo este desajuste que estamos viviendo tiene su origen en el alejamiento de la ley de Dios y su no presencia en la familia, núcleo y fundamento de la sociedad.”
El párroco y líder espiritual de la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores agregó “el lamentable hecho de homicidio tan macabro que se ha presentado la semana anterior en este sector y que aún tiene consternada a toda la comunidad, nos debe llevar a todos en esta mañana a reflexionar seriamente sobre la descomposición moral, social y familiar a que hemos llegado en esta Isla de cuatro mil quinientos habitantes no más. Y gran parte de esta descomposición querámoslo o no, es producto del narcotráfico que ha penetrado en la médula espinal de esta comunidad isleña y que ha llegado inclusive a los círculos religiosos, para decir que esa plata se puede bendecir y convertirla en dinero sagrado, sabiendo que es producto de Sangre y muerte de seres humanos y que ha generado esta crisis de valores que estamos padeciendo actualmente. Lo que uno siembra, es lo que se recoge, si sembramos muerte, muerte vamos a cosechar porque la droga solamente trae eso, muerte y desolación.”
Huffington Archbold quien se ha constituido en uno de los líderes religiosos de la sociedad providenciana señaló que “el consumo, venta y tráfico de la droga, genera desorden, desintegración y lamentación. Dios nos ha creado libres, él no cuarta la libertad del hombre, nos muestra el camino del bien y el camino del mal y las consecuencias buenas o malas según nuestra escogencia. Si escogemos el bien, felicidad y vida y si escogemos el mal, muerte, tristeza, llanto y desesperación. La determinación está en nuestras manos, él respeta nuestra libertad y con toda certeza podemos afirmar que el descontrol de nuestra juventud, tiene su origen también en la carencia de principios que desde el seno del hogar han debido aprender los hijos de sus padres como norma del buen obrar y no la recibieron precisamente, por la desintegración familiar reinante hoy en esta Isla. Niños y niñas menores de edad en altas horas de la noche, deambulando en cantinas y discotecas, tomando cerveza y tres esquinas, y hasta fumando el famoso sweetting, mientras sus padres están en la casa viendo la última novela de la noche y sin ninguna preocupación por saber dónde están sus hijos y con quienes están.”
En su enérgico y sentido discurso el padre Benito indicó “la familia tiene que ser una comunidad de vida y amor es el principal ambiente donde se desenvuelve la vida de los menores y los jóvenes, los progresos y éxitos personales son el fruto del amor, la dedicación y el orden. El hijo que ha aprendido a manejar esos valores y principios serán capaz de grandes realizaciones, no sólo para su propia persona y familia sino también para la sociedad. Tengan presentes que el deber de la educación familiar es tan importante y cuando falta difícilmente puede suplirse, es un deber que no puede ser delegado, porque la primera educación moral y ética comienza en la casa. No se puede dejar esa tarea a los colegios o a las escuelas. Por eso mis queridos padres y comunidad en esta época de profunda crisis moral ético y vació espiritual, tiene que ser una de las grandes preocupaciones de ustedes como familia desde el hogar, transmitir valores que signifiquen la existencia y den solides a los principios formativos.”