La poderosa ‘alineación’ de izquierda que hoy domina las secciones de opinión de los periódicos y revistas más importantes de Colombia e incluso que actúan como analistas de los grandes temas nacionales en canales de televisión y cadenas de noticias ha logrado movilizar toda la opinión a favor del destituido alcalde de Bogotá Gustavo Petro Urrego, en una demostración que contrasta con la postura diametralmente opuesta que asumieron frente al fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que despojó el mar territorial del archipiélago de San Andrés y Providencia.
Esa misma pléyade de columnistas, opinadores y analistas que hoy día domina la gran prensa capitalina, lo primero que argumento fue que los fallos de los tribunales se acatan y se respetan por mucho que no nos gusten, y se atrevieron incluso a emitir conceptos y opiniones descarnados a favor del cumplimiento del fallo de La Haya, sin tomar en cuenta el dolor de los sanandresanos a quienes despojaban de lo que sus ancestros le habían heredado a las actuales y futuras generaciones.
Ahora en cambio, el fallo del Procurador General de la Nación si es susceptible de desacato, porque no les gusta el resultado a esos mismos opinadores que decían en el caso del mar de San Andrés, que los fallos de los tribunales y de los organismos de control son para acatarse.
Esto lo único que demuestra es el doble rasero con el que los comentaristas de la prensa capitalina, -muy cuestionada por cierto, debido a la gran concentración de pauta oficial que hoy domina sus espacios, influyendo en los contenidos de esos medios- utiliza al momento de tratar los asuntos de la periferia con los asuntos de Bogotá.
Estos columnistas, analistas y opinadores de los diarios, revistas, cadenas noticiosas y televisoras nacionales lo que demuestra es que sus intereses políticos y personales – que los tienen muchos con la tendencia política ideológica y hasta con la administración de Petro- son muchos más importantes que el ordenamiento jurídico que decían defender a ultranza en el caso de La Haya, porque ahí si era valido el principio que heredamos desde el derecho romano; Lex sed, dure lex. Mientras que los asuntos de la periferia importan poco.
Eran menos importantes los 75 mil kilómetros cuadrados de mar territorial de los habitantes de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en los que sus comunidades han ejercido sus actividades cotidianas, desarrollado su cultura, faenado, transitado y hasta perdido sus parientes cual gigante cementerio acuático, que la Alcaldía del ex guerrillero. Y esta posición corresponde a la misma lógica ideológica que identifica a Nicaragua a Cuba y a las Farc, por lo tanto no es de extrañar que todos hayan estado a favor del fallo de La Haya.