Los turistas y residentes cada día asisten impávidos a la desaparición de sus playas sin que las autoridades encargadas de su recuperación muevan un solo dedo, producto de los paquidérmicos y muchas veces engorrosos trámites burocráticos que lejos de imprimirle celeridad a las acciones que requieren mitigar riesgos, lo que hacen es dilatar y dilatar las soluciones.
De esto son responsables desde la Gobernación del Departamento, la Dimar, Coralina, Ministerio de Medio Ambiente, entre otras dependencias que deberían estar movilizando los máximos y mayores esfuerzos, gestiones y acciones para estructurar rápidamente una solución a la acelerada y progresiva desaparición de nuestras playas, pero ni cuando se les consulta de tales gestiones se dignan responder.
El Gobierno Nacional anunció desde el año pasado con bombos y platillos la aprobación de una fabulosa partida presupuestal para la recuperación de playas, zonas de acantilado y fortalecimiento de la gestión del riesgo por erosión costera la cual tendrá una inversión de US$9 millones.
Pero no solo esos anuncios oficiales han bastado para que el aparato estatal mueva un solo dedo por la necesaria y urgente recuperación de nuestras pocas líneas de playa que aún todavía quedan.
No ha sido suficiente que desde el año 2004, es decir desde hace 10 años, el Consejo de Estado ordenó las gestiones necesarias para que se recuperen las playas de la isla. A pesar de que durante 25 años los espolones parecían haber contribuido a la preservación de la línea de playas de Sprath Bight, Coralina echó por tierra esa premisa y consideró que al contrario, había que levantar los espolones de Los Pescadores, Jennos Pizza y Tiuna, por que a juicio de expertos en el tema, los espolones costeros si son eficaces pero no los que se construyen en zonas oceánicas como el caso de San Andrés.
La pregunta que queremos que todas esta autoridades, sin mayores evasivas, sin tirarse la pelota al otro, sin dilaciones, sin demoras, sin laxitudes, es que hace falta para que empiecen a tomarse medidas radicales.
La fórmula planteada desde el año 2004 por la Corporación Coralina de reforestar las playas para evitar su erosión evidentemente demuestra que ha sido como un pañito de agua tibia frente al fenomenal embate de la fuerza de las mareas.
El mejor ejemplo que la famosa reforestación no sirvió se evidencia en el sector de antiguo espolón de Jennos Piza, en cuyas inmediaciones Coralina sembró dunas de arena que se las llevó el mar.
La pregunta es porque si los espolones durante muchísimos años ayudaron a retener las arenas del principal cinturón de playas, para Coralina y los expertos en el tema, estas estructuras no son suficientes para seguir conservando las playas. Y en cambio sus acciones en las que se han invertido dineros haciendo siembras sobre los bordes de las playas, no son suficientes o en el peor de los casos han resultado absolutamente ineficaces?
Cuánto tiempo más van a esperar las autoridades para tomar las acciones del caso, si es evidente que las entidades encargadas del tema los han venido sobre diagnosticado, realizando estudios en relación con el asunto dilucidado pero sin pasar a las acciones porque desde el 2004 el Consejo de Estado ya les advertía que “cualquier medida que se formule e implemente hacia el futuro debe estar a cargo de profesionales o expertos en la materia tales como oceanógrafos, hidrógrafos, etc., pues se corre el riesgo de que la situación se agrave sino se actúa con arreglo a estas directrices”.
Que no esperen a que el agua llegue hasta la vía (para el caso La Peatona) y destruya las estructuras como ya ha pasado en el pasado reciente frente a la antigua Defensa Civil cuando el agua erosionó las estructuras y levantò parte de La Peatonal, que luego con la dinámica de arenas regresò a su sitio, pero con algún desplazamiento de la misma, o como ha pasado en San Luis, donde el Invias ha tenido que instalar estructuras de “bolsacreto” para hacer bancada a la carretera pero también ha contribuido a conservar algo de playa en esos sitios. Esperamos entonces prontas, urgentes e inmediatas soluciones.