En San Andrés, Minagricultura no ha invertido y tampoco lo hará Colciencias. “Un claro ejemplo de una actividad económica con bajo crecimiento es la aplicación que está siendo llevada a cabo en el archipiélago de San Andrés y Providencia”, dijo el investigador Diego Fernando Flórez Martínez, ingeniero químico, perteneciente al Observatorio Siembra Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología Agroindustrial y de Corpoica, Bogotá.
Con base en una reciente publicación de El Extra, en el que se denunció que se habían invertido 200 millones de pesos en un programa de apicultura que a la fecha no devolvió la inversión ni ha cumplido con el objetivo de posibilitar que al menos 15 jóvenes isleños produjeran siquiera un salario mínimo, el ministerio aclaró que esa inversión inicial no fue del gobierno nacional sino de naciones unidas, aunque si se estaba preparando una agenda a través del programa de Alianzas Productivas para invertir recursos en el ese renglón económico mientras Colciencias, había proyectado adelantar un estudio con valor de 500 millones de pesos, que ante la realidad, hasta el momento no se realizará.
Flórez Martínez, asegura que en San Andrés y Providencia, comenzó el desarrollo de un programa llamado Sea Flowers Keepers, que pretende mejorar la base productiva de las comunidades vulnerables y para evitar que jóvenes isleños se dediquen a la navegación al servicio del narcotráfico.
El programa contempla el apoyo para 531 familias con proyectos de pesca con proyectos de pesca, apicultura, agrícolas y de artesanía.
En apicultura el ministerio no ha desembolsado recursos, pero si se giraron 200 millones por parte de Naciones Unidas y de la administración departamental. Esa inversión se traduce hoy en apenas diez colmenas incipientes que no producen más allá de mínimas cantidades con lo que los jóvenes que se suponía iban a generar siquiera un salario mínimo, no tienen esperanza.
El ministerio aclaró por intermedio del programa Alianzas Productivas que se abrieron y se apoyan cinco frentes agrícolas pero que 200 millones de pesos que se tenía previsto girar, no fueron girados, ante el fracaso del primer intento y de igual manera Colciencias no avanzó en el proyecto de hacer un diagnóstico en el que se invertirían 500 millones de pesos.
Flórez hizo hincapié en que pese a la importancia estadística y representativa del sector para la mayor parte del país, hay regiones en donde las iniciativas han sido mínimas como es San Andrés, Sucre, Magdalena y Cauca y entre las dificultades que se registran en la escala nacional está la aparición de productos sustitutivos, la poca diferenciación de los usos, la variabilidad de las calidades y la falsificación.
En Colombia predomina la apicultura rústica desde hace más de 39 años que se desarrolla en colmenas de panales fijos y los procesos de cambio y transición a procesos estandarizados han sido incipientes con referencia a colmenas, además de problemas sanitarios.
Todo esto deja como resultado que en Colombia en cuanto a apicultura no alcanza los estándares de cualquier producto alimenticio y los requisitos para acceder a factores diferenciadores como los certificados de producto orgánico y sellos verdes que en Colombia cubre a varios productos, entre ellos los cafés especializados del Huila y sellos de comercio justo, como lo ostenta la producción colombiana de banano.
Pero en apicultura los bajos niveles de estandarización ocasionan un consumo promedio de miel de abejas haya disminuido anualmente en 4,6 por ciento, es decir que se pasó de 1924 toneladas en 2002 a 1912 en el 2013, lo cual ha generado que el ministerio de agricultura y de Comercio Exterior y gobiernos locales promuevan el fortalecimiento del sector. Antonio Colmenares Martínez