El cáncer del narcotráfico continúa provocando violencia con muertes selectivas/ Antonio Colmenares Martínez
La violencia y las muertes selectivas no paran, no pararán hasta que no se ataque con decisión, sin miedo y sobre todo, sin ‘vender’ la conciencia a las mafias del narcotráfico. La ruta de las sustancias ilícitas en que convirtieron las grandes organizaciones mafiosas a este archipiélago desde hace ya muchos años, abrió el apetito de los jóvenes que quieren tener sumas de dinero para comprar ropa de marca, motos, carros y ‘chicanearle’ a las mujeres, no a todas por fortuna porque la mayoría son inteligentes y se dedica a estudiar. Pero hay algunas que les suben el ego a los bandidos, porque son capaces de operarse y hacer lo que sea para conseguir los favores de su ‘traquetico’ y a los muchachos estudiosos e inteligentes no los miran porque son unos pobretones que no les pueden satisfacer todos los gustos.
Pero, como esa vida del crimen es tan azarosa, esas mujeres que han cometido errores y se mezclan con los delincuentes, cuando le matan o le capturan a su ‘marrano’, como ellas mismas los llaman, ven con tristeza y arrepentimiento que los jóvenes estudiosos y graduados no son ya tan pobretones y tienen familias bien conformadas con mujeres inteligentes que no apoyan ni admiran, ni adoran delincuentes. Pero pobres las madres de estos jóvenes que resultan muertos, para ellas no hay hijos malos y el dolor de ver su prematura partida es muy grande y viene, entonces el arrepentimiento: “Tal vez sino le hubiera permitido tantos errores, a lo mejor lo tendría vivo, conmigo”, pero ya no habrá tiempo sino para llorar.
Pero una cosa es la oportunidad de ganar mucho dinero con el narcotráfico, ‘haciendo las vueltas’, y que ni en la casa, ni en los colegios se haya tomado la decisión de controlar a estos muchachos y otra cosa es la autoridad ejercida por la Policía. Esa debe funcionar, es su deber ganarle a la delincuencia con estrategias eficaces y suficientes y por eso trasladamos la pregunta al Comandante del Departamento de Policía San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Coronel, Luis Aníbal Gómez Báez.
¿Para qué se tiene 580 hombres uniformados, con vehículos de último modelo, motos, mules y caballos, sin que sean evidentes los resultados positivos contra los delincuentes y puedan ejercer control sobre las necesidades básicas de seguridad que requiere una isla de 27 kilómetros cuadrados, de los cuales solo en 16 se puede adelantar actividades sociales porque lo demás son manglares y terrenos de reserva?
“Discúlpeme pero el tema delictivo no se mide por kilómetros cuadrados, se mide por comportamientos de la gente. Usted puede estar en un kilómetro cuadrado y yo también y si yo tengo la voluntad de meterme en lo ilegal o de vincularme con lo ilegal, o de, siendo víctima de una situación delictiva, tomemos como ejemplo, ser víctima de una extorsión y no informar y que de pronto, producto de esto se presente un hecho violento por una retaliación ahí está el problema. No se puede medir por kilómetros cuadrados de una determinada región. Aquí hay en juego muchas cosas como los principios, los valores, la denuncia que es fundamental. A veces cuando tocamos el tema de la denuncia, yo siempre trato de cambiar el término por el de informar o poner en conocimiento porque la denuncia suena muy formal y la gente puede sentirse comprometida con una situación. Pero no se puede medir la actividad delictiva o ninguna otra actividad por la extensión de terreno de una jurisdicción.
¿Pero se deben cambiar las estrategias porque parece como si los delincuentes le ganaran en estrategia a la Policía?
Vuelvo a decirle mientras haya gente que esté dispuesta a vincularse a las organizaciones delincuenciales y a lo delictivo pues desafortunadamente se van a presentar hechos criminales, eso es claro y más cuando luchan por el poder sobre el negocio y no todos, aclaro para que no se malinterprete mis palabras, pero si hay muchos que están directamente vinculados con el narcotráfico y hay que ver quien tiene la voluntad de vincularse a estas actividades irregulares. Repito, mientras la gente tenga la oportunidad y quiera por su voluntad vincularse a lo ilegal, necesariamente se van a seguir presentando hechos delictivos. Mientras un joven, para colocar un ejemplo menor sin que tenga que ver con homicidios, quiera por el hecho de tener plata fácil ir a asaltar a un ciudadano, no le puedo echar la culpa al ciudadano por estar parado en una esquina, ni a la Policía, porque son riesgos inherentes a lo que ocurre en una comunidad donde hay problemas sociales. ¿Quién es el culpable?, pues el que quiso meterse en el delito.
Bueno, si el asunto no es la cantidad de kilómetros cuadrados, entonces hablemos de ese cáncer que padece la isla con la ruta del narcotráfico que se sabe desde hace muchos años existe, con un mar abierto. ¿Qué se hace en ese sentido, cómo se combate?
Si se combate, si se miran las incautaciones de droga en años anteriores y se comparan con las de este año, ahí están los resultados. Lo que pasa es que no se puede mirar desde la parte externa sino desde adentro y la premisa es la misma: Yo como padre de familia no puedo permitir que mis hijos se inmiscuyan en lo ilegal y que mis hijos sin tener una actividad sana, anden con lujos, con cadenas, con relojes, con motos, con vehículos de alta gama, a sabiendas de que no tiene los medios legales para conseguirlos, pues está fallando. Hay que mirar todo y no solo una parte y generalmente lo que más conviene.