La viceministra de turismo considera que es buena y normal la conectividad. / Antonio Colmenares Martínez
En una reciente reunión en la sala de juntas de la Gobernación del Archipiélago, cuyo tema central fue la seguridad y el turismo, la viceministra Sandra Howard, manifestó contundentemente que “no es nada grave la falta de cupos en los aviones que viajan a Providencia”.
Lo que parece desconocer la burocracia es que la falta de buena conectividad obliga muchas veces a perder un empleo o una cita médica a los raizales y lesiona considerablemente la economía porque muchos turistas con deseos de gozar de la belleza, tranquilidad, buena cocina, excelente hotelería y posadas turísticas, deben quedarse con las ganas.
“No es nada grave y solo se refiere a la ley de oferta y demanda, en las temporadas altas las empresas aéreas que cubren la ruta, incrementan el número de vuelos y en épocas de baja afluencia de visitantes estas compañías no pueden perder”, se limitó a decir la funcionaria, que ni siquiera se dignó, al menos, a generar una evaluación de lo que se convierte en clamor de los providéncianos.
Hace menos una semana una joven que debía presentarse al Sena para optar por un puesto de trabajo embarcándose, perdió la oportunidad por falta de un cupo en el avión, así mismo hay pacientes que requieren de ser trasladados de inmediato para ser atendidos en San Andrés, no hay como llevarlos y solo la benevolencia y generosidad de la Armada y la Fuerza Aérea, ha logrado salvar vidas.
“Nos sentimos presos”, dijo un raizal que observa como en esta época de avanzada tecnología y donde la conectividad hasta del pueblo más alejado de Colombia está garantizada, Providencia y Santa Catalina los sitios poblados más septentrionales y emblemáticos de Colombia por sus características, sus habitantes viven con limitaciones de transporte y sin ninguna ayuda del Estado, porque la viceministra de Turismo, que es raizal y conoce la problemática mejor que nadie, desestima el grave inconveniente y ni siquiera se digna abrir una evaluación para intentar superar la situación.
Entonces las promociones turísticas para invitar a los turistas a venir resultan infructuosas y los viajes a presentar el destino son pérdidas para el municipio porque con las limitaciones de transporte solo algunos pueden acceder a uno de los mejores destinos de América.