Las respuestas recientes dadas por parte del asesor presidencial para la ejecución del denominado Plan Archipiélago, Rudolph Hommes, como parte de un plan de contingencia implementado por el Gobierno Nacional para afrontar las consecuencias del fallo de la Corte Internacional de Justicia, a fines del 2012, parece indicar que las cosas no andan bien entre las partes y se requiere de una revisión o intervención inmediata por parte del mismo Presidente Juan Manuel Santos para impedir que se hunda la misma.
La más reciente exposición efectuada por el ex-ministro Hommes sobre lo que él mismo denominó “Seaflower Two”, más que un desarrollo del plan pareció, al menos para los asistentes a la reunión efectuada a finales de febrero de este año, una contrapropuesta del mismo lo cual no dejó satisfechos, en especial a los miembros de la comunidad raizal presentes en la misma.
De hecho, desde el mismo inicio del desarrollo del plan, el ex-ministro afirmo a los medios de comunicación nacionales que la solución a los problemas estructurales del Archipiélago debe ser una política de Estado, reconociendo que hay casos “inverosímiles”, como por ejemplo que “los hoteles en San Andrés no tienen agua potable porque no se quieren conectar al acueducto. Yo no sé cómo hacen”, según dijo.
Hommes indicó que las salidas de la crisis de San Andrés no se deben imponer, sino concertar, así los recursos vengan del centro del país.
“Es que no hay que estar detrás del presidente a ver qué va a entregar. El presidente va a escuchar, a mostrar interés, a proponer proyectos. Pero el presidente no puede llegar con una bandeja de subsidios y de regalos”, concluyó en su momento el exministro.
La relación alcanzó una divergencia aún más extrema cuando al finalizar la reunión del pasado 24 de febrero, en las instalaciones del Sena, el ex-ministro Hommes declaro que «si la comunidad no se pone de acuerdo pues este dinero no se gasta. Esto es para el bienestar de la población; yo seguiré trabajando, pero el discurso que vi hoy aquí y que se repite, es un discurso que no tiene ningún futuro porque no se quiere progresar».
Hommes se refirió a los $70 millones de dólares, más de $150 mil millones de pesos, que están pendientes para ejecución y que fueron otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo para subsanar tres componentes básicos que impiden el desarrollo de los isleños como el saneamiento básico y agua potable, mejoramiento de los ambientes urbanos (parques, calles y entornos), erosión de playas y crecimiento económico local.
“Hay dos cosas muy claras con este plan y lo manifesté al terminar la actividad con el Sena que los elementos expuestos por el ex-ministro Hommes no eran elementos expositivos del plan como tal y los que se han venido desarrollando son el del pago de los subsidios a los pescadores, para la pesca industrial, el apoyo a la maricultura, las becas para estudiantes universitarios, los subsidios a transporte aéreo para San Andrés y Providencia.
“Esos son los elementos del Plan Archipiélago. Los elementos compartidos del crédito del Banco Interamericano de Desarrollo y ese crédito no se ha hecho aún efectivo, se van a ejecutar en cinco años divididos y tienen cinco líneas específicas y una de ellas, y la más importante, es el saneamiento básico y lo que presentó el Dr. Hommes son los megaproyectos que se pueden adelantar.
“Es menesteroso lo que se viene observando con relación a la actitud que viene expresando la persona que viene acompañando el proceso, me imagino que el Presidente ya lo conoce a través de los asesores que vienen acompañando el mismo y de él será la determinación que se tome en ese sentido”, afirmó la Gobernadora Aury Socorro Guerrero Bowie sobre el tema.
Lo que se sabe hasta el momento es que hay una mera confianza del Presidente Santos hacia el ex-ministro Hommes, una confianza inquebrantable gracias al mero conocimiento que hay sobre los temas que se vienen manejando dentro del plan pero también es de conocimiento el malestar que existe entre los funcionarios de la Gobernación Departamental que, al término de las reuniones con el ex-ministro, expresan la mera desconfianza en el talento por parte de este último y, por ende, un mal ambiente en la relación.