Por César Pizarro Barcasnegras*
Durante una jornada entera de casi 8 horas en las que estuvo declarando como testigo presentada por la Fiscalía General de la Nación en el juicio que se adelanta contra el expresidente y exsenador de la República Álvaro Uribe Vélez, la exfiscal Luz Adriana Niño Farfán dejó en evidencia que el ente acusador ha sido un aparato represor, de persecución judicial, de corrupción al amaño de fiscales y funcionarios de turno y que ha montado complots contra ciudadanos por animadversión política, contra los fiscales e investigadores que se negaban a tales prácticas e incluso contra procesados o postulados en procesos de justicia y paz.
Niño Farfán estuvo sentada el pasado martes 18 de marzo como testigo de la Fiscalia que es quien acusa a Uribe Vélez, y ahí la exfiscal que terminó encarcelada, según su decir por advertirle a los abogados de Uribe Vélez que había una orden para vincularlo a él y su hermano con el paramilitarismo, reveló que intentaron envenenarla en la cárcel, que le negaron el traslado a una reclusión penitenciaria de mayor seguridad pese a que jueces y magistrados le concedieron tales derechos por vía de tutela, por lo que debió incluso impetrar incidentes de desacato contra directivos del Inpec y la Policía para que le respetaran ese traslado. Incluso estando en la cárcel debió optar por alimentarse de café y pan preparado por ella con agua y alimentos que su tío le ingresaba en cada visita a la cárcel.
Reveló que existía una orden emitida por superiores que hablaban supuestamente en nombre de sus jefes, para que promovieran procesos contra los Uribe. Estas ordenes siempre las daba un superior de Niño Farfán de apellido Villamil, pero siempre exigía cierta clandestinidad y se molestaba cuando otros fiscales se enteraban de éstas. Hechos ocurridos según Niño en las épocas de la Fiscalia de Eduardo Montealegre Lynett y Néstor Húmberto Martínez Neira, pero de quienes dijo no constarle que ellos hubieran impartido tales órdenes ilegales.
Incluso contrataron a digitadores para que buscarán entre los testimonios de de los postulados a Justicia y Paz que hicieron parte del paramilitarismo, la palabra Uribe, para luego emitir órdenes de trabajo por fuera de sus competencias y radicados para proponerles a éstos que declararan contra el expresidente y su hermano Santiago para asociarlos con la organización los doce apóstoles.
Pero la testigo además reveló como el expresidente de la Corte Suprema de Justicia José Leónidas Bustos, hoy huyendo de la justicia colombiana por hacer parte del llamado Cartel de la Toga (versiones indican que habría estado en San Andrés Isla recibiendo sobornos de uno de los congresistas aforados investigado por corrupción por la Sala Penal de la Corte) tenía a su cargo una sala de compulsa de copias en la Fiscalia, donde todos los nombrados eran de su cuerda ya que las hojas de vida todas las recomendaba ese togado.
La testigo también reveló que había acoso sexual y laboral, peculado por uso, ya que este funcionario disponía hasta de cuatro vehículos de la Fiscalia para su esposa e hijas, mientras le negaba los automotores al personal del Ente Acusador que si lo necesitaba.
La testigo y exfuncinaria de la Fiscalia que conoció por dentro el manejo de esa institución aseguró que a pesar de haberle ofrecido un principio de oportunidad a la Fiscalía cuando la judicializaron y encarcelaron, contando todo lo que sabía de los malos manejos, complots y abusos que se urdian al interior de la institución, no han avanzado tales denuncias suyas, y a este funcionario solo le imputaron cargos por el manejo de los vehículos, pero el proceso está dormido.
La testigo negó que el expresidente Uribe, allegados de éste o sus abogados le hayan pedido declarar a su favor, le hayan hecho favores o le hayan ofrecido beneficios y expresó categóricamente que alertó al exmandatario del complot urdido en su contra por que nunca estuvo de acuerdo con lo que se estaba haciendo, ya que eso era ilegal e ilícito.
Este testimonio de la exfuncinaria es de una gravedad tal que ameritaria que de este juicio se emita una compulsa de copias que investigue todas las acusaciones efectuadas por alguien que estando dentro de la institución conoció los tejemanejes de la corrupción, intrigas, malquerencias, complots, abusos y maridaje con actores políticos y judiciales de alto nivel que se manejan en las estructuras del poder en Colombia, y que terminan convirtiendo las instituciones en entidades poco confiables y temidas por la ciudadanía.
*Comunicador Social-Abogado (Director)