Por Elizabeth Mejía Salazar
Hoy se habla de…
Ni al correo electrónico ni a la oficina de Rafael Meza Acosta, ha llegado la notificación de la Superintendencia de Notariado y Registro (SNR) confirmando que debe dejar el cargo por cumplir la edad de retiro forzoso.
El que sí llegó fue Joseph Barrera Kelly, el “notario” que por orden presidencial debe designar el gobernador, previa verificación del cumplimiento de todos los requisitos que exige el Estatuto del Notariado.
Ese acto, válido en el protocolo de reemplazo para un notario por la edad, debe ser posterior al Acto Administrativo de la SNR declarando la vacancia del retiro forzoso, es decir, 70 años. En ese orden, debe surtirse la llegada al sitio de un “abogado visitante” para cumplir con el “protocolo notarial”, es decir, realizar un inventario de los libros y documentos públicos que desde 1965 reposan en la Notaría Única de San Andrés de Primera Categoría. Con ese inventario, ya hay elementos para que el nuevo funcionario, nombrado en interinidad actúe, hasta que se posesione el titular en propiedad tras un concurso público.
Y aquí viene la historia del señor notario Meza, que ha firmado los registros civiles, tarjetas de identidad, cédulas, escrituras, matrimonios, y actas de defunción desde hace 33 años. En su custodia están más de 2083 libros que le pertenecen a la Nación, porque lo de demás todo es de su propiedad: los tres locales donde funciona la Notaría, toda la mueblería y equipos, al igual que es el patrón de los ocho integrantes del equipo que laboran hace 30 años bajo su sombrilla.
Rafael Meza habla mientras firma desde su escritorio los documentos que le entregan todos los usuarios de la notaría. Literal es una oficina de puertas abiertas donde priman los códigos y estatutos de notariado y registro. Se conoce más que nadie todos los senderos y vericuetos de la rama notarial. Además de llevar sobre sus hombros de abogado cuatro especializaciones: Contencioso Administrativo, Conciliación y Arbitramento, Gestión Pública y obvio, Notariado y Registro.
Con su acento caribe, sincelajano, recuerda que su formación como litigante se inició en Caucasia, Antioquia. Y de la tierra paisa llegó a Providencia como Juez Promiscuo Principal, cargo en el que duró seis meses. Comenzaría su trasegar en San Andrés como Juez Territorial: Laboral del Circuito, Penal del Circuito y Civil del Circuito. Con nostalgia habla de su aterrizaje en la notaría de Wilber Francis Bernard, recogiendo del piso las hojas para luego llenarlas y convertirlas en el registro civil de un ciudadano.
Desde esa época entendió que la notaría es una empresa y cómo tal debe funcionar: hoy la Notaría Única de San Andrés le paga arriendo por los tres locales y los programas de software adquiridos para brindar un “servicio excelente” como el mismo califica su trabajo.
Mientras espera que la Supernotariado le envié la notificación, Meza tiene claro su próxima parada: en el segundo piso del Edificio Sunrise se dedicará a realizar asesorías y a pasarle revista a su descendencia: los siete hijos que llevan su apellido, “todos profesionales” dice orgulloso.