Les inmovilizaron mulita por parquear en sitio autorizado por la Policía. Hacer amistad, lograr empatía o conversar con personas del sexo opuesto en un balneario turístico y más si son turistas puede terminar en una relación más apasionada o en un malentendido, o peor aún en una grave acusación de acoso si no se sabe diferenciar el tipo de relación que la persona contraria quiere establecer en ese momento.
Eso parecería ser lo que le ocurrió a dos jóvenes turistas bolivianas con dos jóvenes de la isla. Mientras ellas dicen que ellos trataron de aprovecharse de éstas, ellos afirman que no fue tal como ellas dicen y que por el contrario ellas fueron quienes se tornaron amigables con ellos.
Las supuestas víctimas, quienes hacen parte de un grupo familiar de 3 personas adultas y 2 menores edad, denuncian públicamente lo mal que se sintieron durante de las vacaciones en la Isla, por distintas circunstancias que tuvieron que pasar.
El pasado domingo 10 de enero decidieron visitar la Isla Acuario, cuando se encontraban en el lugar se percatan de un grupo de 15 a 20 personas en el cual también mencionan que habían menores de edad.
Mientras ellas disfrutaban con sus hijos, dos hombres se acercaron a ellas con el objetivo de buscar conversación. Las turistas aseguran que este grupo de personas estaban ingiriendo bebidas alcohólicas, sin importarles que tuvieran niños a su cargo.
Mientras pasaba el tiempo y el ambiente se colocaba más intimidante, las turistas deciden cambiarse de lugar, sin contar lo que después podría pasarles. “cuando yo le dije a mi hermana cambiemos de lugar para evitar inconvenientes, ellos se percataron de eso y 5 hombres corrieron y uno de ellos moreno gritaba, agárrala a ella, bésala, bésala y mientras ellos nos acosaban en eso, yo voltie y una señora de ellos manda a su propia hija para abrir nuestros bolsos para sacarnos, fui una situación muy fea” aseguró Claudia Molina, turista boliviana.
Sin embargo esto no fue lo único que les sucedió en el Archipiélago mientras disfrutaban de sus “vacaciones”.
Cuando llegaron decidieron alquilar una mulita, para transportarse en toda la Isla cómodamente. En un día de paseo, salieron a reclamar un dinero, cuando llegaron al lugar, parquearon, pero antes de eso decidieron preguntarle a un Policía de Transito que se encontraba cerca al lugar si podían parquear y él les indicó donde podían hacerlo. Ellas confiaron en su respuesta, parquearon se bajaron y cuando regresaron no encontraron la mulita. Se la habían llevado a los patios.
Cuando llegan a los parqueadero el encargado el señor Don Isidro les dice que son $600.000 pesos por abandono, pero si querían la mulita enseguida pagara $300.000 pesos. Pero a ellas esto les pareció un abuso y decidieron hacer lo correcto, ir a la Policía con el dueño de la mulita.
“Nos tuvieron desde las 10:00am hasta las 5:00pm, con los niños, sin bañarnos, mi hijo durmiendo en mi pecho, colgando, porque no nos querían entregar la mulita” asegura Mariana Molina.
Ellas piden consideración con los turistas, pues no conocen muy bien los lugares de parqueo ya que no son de aquí, mencionan que casi no hay taxis y los que hay son muy costosos y que las motos son peligrosas para estar con los niños. Junto a ellas viajaba una señora mayor quien era la mamá de ellas y luego de los dos incidentes ocurridos decidió no salir a disfrutar más de la Isla.
Aconsejan tener más control en los cayos, ya que no encontraron policías en el momento de los hechos que le ocurrieron allá.
Esta redacción identifico al grupo que presuntamente se intentó propasar con las turistas en el cayo Acuario y decidió contactarlos para que nos dieran la versión de sus hechos. Dos de ellos se acercaron a nuestras instalaciones con el objetivo de brindarnos su versión frente a lo mencionado por las turistas bolivianas.
Aseguran que en ningún momento se intentaron propasar con ellas, no las obligaron para besarlas, ni los niños las intentaron robar.
“Nosotros estábamos ahí cuando ellas llegaron, nos brindaron comida, pero solo uno de nosotros recibió, no las agarramos, ni las manoseamos, ni nada de lo que ellas dicen. Ahí se encontraban mis primas, con mi hijo y mis sobrinos, y no se les intento robar nada porque ninguno tiene esas mañas” asegura uno de los implicados.
“Yo solo me acerque a ellas en un momento y le pedí el whatsapp, pero ella me dijo que no se acordaba del número y todo que ahí”. Asegura otro de los implicados.
Antes de que las turistas partieran de la Isla, esta redacción preguntó si iban a hacer la denuncia ante la Fiscalía pero su respuesta fue negativa, ya que ellas no iban a seguir dañando lo que ella soñaban unos hermosos días de descanso.