Tras el nombramiento de nueva Procuradora reproducimos esta columna de hace un año.
Que alguien responda a la ciudadanía por semejante desafuero disciplinario… ¿Cómo quedan las políticas del gobierno nacional y departamental de lucha contra la corrupción, si sus propias instituciones le hacen esguince a su misión?
Por. Jorge Diago Mendoza.
¿Cómo se ataca el fenómeno de la corrupción desde las líneas estratégicas de acción tales como la prevención, investigación y sanción de los actos corruptos, si los propios agentes del estado le sacan el cuerpo a las decisiones aludiendo vicios de forma?
Estas preguntas surgen y hacen referencia a la noticia publicada en el semanario The Archipiélago Press, en su edición No.475 del viernes 23 de agosto de 2013, titulada “Procuraduría no quiso sancionar la corrupción que si sancionó la contraloría en Coralina”.
Leyendo ésta noticia nos quedamos con el credo en la boca. Es terrible, no es consecuente una decisión disciplinaria de ésta clase, aludiendo los desconocimientos jurisprudenciales del denunciante un ciudadano común y corriente. ¿Qué pasa con la queja y la denuncia contra la corrupción ante las instancias disciplinarias del Estado Colombiano?Sorprende, como en algunos casos, autoridades e infractores se tapan con la misma cobija, dejando inerme la denuncia del ciudadano del común que poco ó nada sabe de leyes y procedimientos jurídicos. Que vergüenza por Dios.
Si bien los actos corruptos pueden abordarse como crímenes de cálculo en los que la decisión de cometerlos parte de un análisis racional motivado por la búsqueda del interés propio y por la ponderación de los costos, riesgos y beneficios, es preciso también considerar que las decisiones y conductas de los individuos están determinadas por la moral, la cultura y la ley prevalecientes. (Política anticorrupción del Estado Colombiano)
Entiéndase bien. Y, no por el conocimiento en derecho de un ciudadano cualquiera, común y corriente, acompañado únicamente de su valor cívico denuncia y cuando lo único que desea es que estos actos de corrupción sean ejemplarizados, para el caso que nos ocupa disciplinariamente, puesto que la sociedad no puede irse al barranco con peligrosos esguinces en las decisiones de los propios funcionarios de estado que tienen bajo su responsabilidad hacer disciplina. Se trata de la creación de condiciones apropiadas para promover una actuación proba, eficiente y transparente de los servidores y entidades públicos. Sin duda. Que alguien nos explique.