Lo que le rebaja al Comercio se lo sube al turismo.
El Gobierno Departamental de manera unilateral e inconsulta con los sectores turísticos presentó a la Asamblea Departamental un proyecto de ordenanza con el que pretende incrementar de manera draconiana el impuesto de turismo con el propósito de traer a las islas turismo de excelencia, pero que a juicio de expertos en el tema solo pretende controlar o frenar la llegada masiva de turistas, pero no necesariamente de elevar el nivel del turismo. Es decir que la tarjeta de turismo subirá casi hasta un cuarto de un salario mínimo de cualquier colombiano.
Pero mientras el mandatario parece aplicar garrote al turismo, tiende zanahoria para el sector comercio, rebajando al cinco por ciento el impuesto a las mercancías, que ni en la época en que se pignoraron las rentas, hubo que acogerse a Ley de Quiebras, ni en la crisis del comercio tras la apertura económica, ningún gobernante se le ocurrió desmejorar los ingresos producidos por el Puerto Libre.
La medida que le generará un desgaste político enorme tanto al Gobierno como a la Asamblea por las implicaciones que tiene el proyecto para sectores como las Posadas Nativas, los lancheros, taxistas y le está arrebatando la oportunidad a miles de colombianos de cumplir su sueño de conocer las islas, al parecer no cuenta con estudios técnicos que avalen la intensión del gobernador, como lo advirtió el diputado Jorge Méndez.
Se trata del Proyecto de Ordenanza N° 009 de 2016 “por la cual se adoptan medidas para la gestión del flujo migratorio turístico”el cual ordena que el valor de la tarjeta de turismo y la contribución para el uso de la infraestructura pública turística, se fija en la suma de noventa y nueve mil pesos ($99.000), o su equivalente en Dólares de los Estados Unidos de América según la tasa de cambio vigente.
Este valor se distribuye de la siguiente manera: setenta y cinco mil pesos ($75.000) por la tarjeta de turismo y veinticuatro mil pesos ($24.000) por la contribución para el uso de la infraestructura pública turística.
Según el Gobierno cuando naves o aeronaves privadas y las empresas transportadoras aéreas o marítimas trasladen persona hacia el Archipiélago cuyo periodo de permanencia en las islas supere las doce (12) horas en calidad de turistas o residentes temporales, estos deberán cancelar el valor establecido en el artículo anterior. El valor de la tarjeta de turismo deberá ser incluido en el paquete turístico, tiquete aéreo, marítimo o en cualquier documento de transporte hacia el Archipiélago y no podrá hacer parte de la liquidación de otros impuestos, tasas o contribuciones.
La Gobernación implementará herramientas, procedimientos y trámites electrónicos obligatorios para garantizar un adecuado registro y control al acceso y permanencia de turistas y residentes, en condiciones de eficiencia y seguridad.
El Gobernador podrá efectuar las modificaciones y ajustes presupuestales necesarios para implementar las medidas adoptadas en la presente ordenanza.
En su exposición de motivos el gobernador asegura que el Archipiélago ha experimentado un incremento sustancial en el número de turistas nacionales y extranjeros que nos visitan durante el último lustro según las estadísticas oficiales al pasar de 476 mil turistas en 2010 a 914 mil en 2015, y esta situación ha generado una enorme presión sobre los escasos y deteriorados recursos naturales de las islas: por cuanto se trata de nada más ni nada menos que la duplicación de la población residente. Es una realidad palpable para todos que tal cantidad de población flotante provoca una mayor demanda de atención en materia de agua potable, alcantarillado y aseo, para lo cual la infraestructura de las islas no fue diseñada.
De otro lado, la necesidad de un mayor número de efectivos de la fuerza pública, de personal médico y paramédico es también una situación inmanejable bajo los actuales esquemas de operación al tener que enfrentar el doble de la población. En igual sentido, la movilidad y el ya reducido espacio público se ven gravemente afectados con la sobrecarga del territorio.
Un aspecto fundamental para el turismo, que se ha visto afectado negativamente, es la calidad en la prestación del servicio que años atrás era un estandarte insular. Hoy día al estar concentrados en la cantidad de turistas nos hemos alejado de este vital concepto.
Las islas necesitan mejorar su infraestructura turística, de manera que deje de ser tan importante la cantidad y se vuelva prioritaria la calidad del destino. Esto es básico para un desarrollo sostenible, dado que luego del millón de turistas, ¿Cuál otra meta sigue? ¿Dos o Tres millones?
“Son interrogantes sin sentido, por cuanto es un falso dilema pensar que a costa del crecimiento económico, indefectiblemente vamos a lograr el desarrollo social, ambiental y cultural de las familias de nuestro Archipiélago. Estamos destruyendo nuestro hogar sin que los reales beneficios de este masivo ingreso de turistas, llegue con creces a los hogares más necesitados. En cambio, las personas que hacen parte del turismo de calidad buscan contacto con la cultura y tradiciones locales, en armonía con el medio ambiente y el paisaje. También debemos destacar que estos nuevos recursos serán utilizados en el bienestar de los turistas y residentes al contar con la posibilidad de invertir en la salud, las vías, andenes, parques, la movilidad, las playas y nuevos atractivos turísticos, el fortalecimiento de la OCCRE, entre muchas otras inversiones sociales”, asegura el gobernador en su exposición a los diputados.