El Gobierno departamental demostró el hambre desde muy temprano. Nada más han transcurrido 50 días desde la posesión y ya la administración de Ronald Housni decidió reformar los principales ingresos tributarios del Departamento y sacar adelante la primera concesión, en una funesta carrera administrativa de los últimos 23 años de Gobiernos privatizadores que lo han entregado todo a empresarios foráneos.
A estas alturas el Gobierno en lo único que debería estar pensando en es el la socialización, discusión, formulación y aprobación de su Plan de Desarrollo conforme lo exige el artículo 204 de la Ley 1098 de 2004
Esta norma “establece que el gobernador y el alcalde, en los primeros cuatro meses de su mandato deben elaborar un diagnóstico sobre los temas de infancia, niñez y adolescencia teniendo en cuenta el ciclo de vida, el enfoque de garantía y restablecimiento de derechos, con el fin de establecer los problemas prioritarios y las estrategias a corto, mediano y largo plazo que se implementarán en el plan de desarrollo para atenderlas. Así mismo, determina que el DNP y los Ministerios de la Protección Social y Educación Nacional, con la asesoría técnica del ICBF deben diseñar lineamientos técnicos mínimos que deberán contener los planes de desarrollo en materia de infancia, niñez y adolescencia teniendo en cuenta el ciclo de vida, el enfoque de garantía y restablecimiento de derechos. Las Asambleas y los Concejos, por su parte, deben verificar, para su aprobación, que el plan de desarrollo e inversión corresponda con los resultados del diagnóstico realizado.”
De modo que ya el Gobierno quemó dos meses de los cuatro de que dispone, y en vez de poner a la Duma a trabajar en el mismo tema, se mete con la Hacienda Pública del Departamento que no debe ceder un solo de sus ingresos, pero tampoco debe ser gravosa con otros sectores productivos, porque se atenta contra el tesoro público por un lado y con la capacidad económica por el otro, más cuando no se ha consensuado con esos sectores que se verán afectados
Y aunque la iniciativa es del mandatario, quien armó mayorías en la Duma, lo cierto es que la responsabilidad quedará en manos de los once diputados de la Asamblea Departamental y esa corporación con mayoría de asambleístas jóvenes deberá asumir un alto costo si quiere igualar lo que hicieron los diputados de la generación de los noventa que por su cuenta pignoraron las rentas departamentales y condujeron a un estado de quiebra las finanzas departamentales que casi lo convierten en un ente inviable, por cuenta de ponerse a tocar las finanzas como se le ocurrió en su momento de manera irresponsable a diputados y Gobierno en la época de Antonio Manuel Sthepens.
Estas movidas parecen más del parlamentario y hermano del gobernador Jack Housni Jaller que del propio gobernante, quien ya tiene experiencia en estos vericuetos y quien hace parte de la Asamblea Departamental del momento que le autorizó a Manuel Sthepens la pignoración de las rentas departamentales por allá en 1995. El hoy parlamentario puede cargar ese lastre, pero el gobernador no debe repetir la experiencia.
El Departamento no debería repetir esos nefastos procesos del pasado. Ronald Housni debe evitar enviar desde temprano señales desalentadoras que desde ya empiezan a pensar si de verdad lo que se eligió en octubre pasado fue el hacedor de sueños, o el advenimiento de una pesadilla, por los intereses que están en juego y los interesados que quieren sacar provecho de eso.
Además no está bien que por un lado habiendo sido presidente de la Junta Directiva de Cámara de Comercio, al igual que su hermana, su familia comerciante, pretenda defender los intereses de los comerciantes antes que los del Departamento al que representa en virtud de su elección; o que sea quien estructura el negocio complemento del que ya lideró desde el sector privado y que se cristaliza ahora con la privatización del relleno sanitario que le aumentará el costo de la factura de aseo a los usuarios a los que no se les cobra hoy día disposición final de basuras, y por el otro lado afecte a los hoteleros sin consultarlos previamente. No son buenas señales las que manda el Coral Palace en estas primeras de cambio.