No se puede negar que las ejecutorias en la Secretaría del Deporte han mejorado y que hay mayor preocupación por cumplir con las comunidades en materia de escenarios y se destaca el deseo de que los técnicos se especialicen y por eso se agradece el reciente diplomado.
Pero no deja de preocupar la falta de políticas públicas encaminadas a lograr que cada disciplina, especialmente aquellas en las que existen deportistas aventajados que pueden traerse las medallas ‘cuando quieran’ por sus condiciones naturales como es el patinaje, no tengan un sitio digno donde entrenar y por eso deben salir a la circunvalar a jugar a la escondidas con la muerte, o en los parqueaderos o en cualquier rincón en donde puedan fortalecerse con las prácticas y con los ejercicios hasta donde sea posible en espacios reducidos e incómodos.
La certeza de las posibilidades de los patinadores de San Andrés y Providencia es tan cierta que los clubes competidores de las demás regiones del país harán una firmatón para pedir que les construyan el patinódromo y para que les suministren los recursos para que asistan a las diferentes confrontaciones.
La planificación deportiva departamental no se puede lograr sino se hace un verdadero diagnóstico para saber qué hay y qué hace falta. Y menos se puede hacer sin ganas de ser los mejores en el país como lo sueñan, lo programan y lo logran en el Valle y en Antioquia. Los deportistas de esas regiones tienen las mismas condiciones físicas que los isleños y se puede decir que en nutrición hasta son superiores los de aquí por la oportunidad clara de alimentarse con los frutos del mar desde niños, mientras en otros sectores les toca con muy poca proteína, mantenerse ‘en forma’ para competir.
Luego del diagnóstico viene lo correspondiente a la formulación de políticas que no sean solo para ejecución del gobierno de turno si no de obligatorio cumplimiento para todos los gobiernos.
Los deportistas de las islas merecen brillar nacionalmente porque tienen con qué, pero para hacerlo es importante que se piense en grande. Ya es hora de pensar en un Centro de Alto Rendimiento, con implementos técnicos, especialistas e implementos apropiados.
Que se piense en la necesidad de roce nacional e internacional porque el material humano existe y muchas veces se desperdicia por la falta de programas y de proyectos que se les dirija con el fin de hacer muchos deportistas que puedan representar al archipiélago y sobre todo traerse esas medallas que estarían a la vuelta de la esquina si se lograra ir a esos eventos.