La confusión reinó en todas partes apenas sonaron los alrededor de diez disparos con los que ultimaron la vida del operario de gasolina de la estación de Nené’s Marina, Germán López Mar, un joven de 28 años que era descrito por sus compañeros, familiares y clientes como buen amigo, compañero, dicharachero y alegre.
Eran las 7 y 45 minutos de la noche, una hora donde algunos estaban tanqueando en la bomba de gasolina, mientras que otros estaban en sitios nocturnos cerrando el fin de semana y unos cuantos estaban pendientes de quien sería el nuevo Campeón del Fútbol Profesional Colombiano; cuando la ráfaga sonó con tal intensidad que casi se lograba confundir con un espectáculo de fuegos pirotécnicos.
Al rato llegaron las patrullas de la Policía y las motos de curiosos que desde otros lugares de la isla se enteraron de que habían matado a “El Mono”, apodo con el que se conoció a la quinta víctima este mes de diciembre de forma selectiva por sicarios.