Gobiernos de todo el mundo están aprobando leyes mordaza, prohibiendo protestas y obligando a echar el cierre a organizaciones en la mayor ofensiva contra la sociedad civil de esta generación.
Egipto ha expulsado del país a miembros del equipo de Avaaz. Y en India, la mayor democracia del mundo, el gobierno ha difamado y hostigado a Avaaz.
El poder de Avaaz consiste en alzar juntos nuestras voces. Si los gobiernos prohíben o sabotean nuestras estrategias, estamos perdidos. ¡Es hora de contraatacar! Y tenemos un nuevo plan infalible para proteger nuestras democracias — un equipo de defensa legal a nivel mundial.
Lo cierto es que, en la lucha entre la gente corriente y los poderosos, los ciudadanos de a pie rara vez cuentan con buenos abogados porque son demasiado caros. Ahí es donde entramos nosotros. Avaaz ya tiene un equipo legal de primera categoría, pero es minúsculo. Sin embargo, si construimos el mayor grupo legal del mundo, que sea colaborativo, pro-democracia y reúna a los mejores profesionales, podremos combatir estas represivas leyes antes de que se aprueben, y luego acabar con los ataques más infames en los tribunales.
En los últimos tres años, más de 60 países han aprobado leyes que inhabilitan a agrupaciones no gubernamentales. En España, los miembros de Avaaz pueden recibir multas de hasta 600000 euros solo por organizar una protesta pacífica. En Israel, un proyecto de ley mordaza amenaza con calificar de “agentes extranjeros” a valientes organizaciones de defensa de los derechos humanos e impedirles el acceso a la financiación internacional. Y, en Uganda, ¡un organismo podría disolver pronto a cualquier grupo que le moleste al gobierno!
Estas nuevas leyes regresivas demuestran que los políticos temen nuestro potencial. No podemos permitirles machacar a una ciudadanía informada y organizada, porque es el pilar básico de la democracia.